Debe ser neutralizada la escalada de violencia estudiantil

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Una vez más grupos de estudiantes de dos colegios de la ciudad se cruzaron a golpes de puño y pedradas, en esta oportunidad en un episodio que se inició en la zona de la plaza Olazábal, que se trasladó luego a cercanías de la plaza Belgrano y que dejó el saldo de dos jóvenes heridos. Tal como trascendió, el incidente se registró entre estudiantes de las escuelas Técnica 7 y Media 1 y formó parte de una escalada de violencia, en una situación que obliga a que las autoridades educativas, los padres y docentes de ambas instituciones ofrezcan respuestas inmediatas para neutralizarla.

El martes último se tuvo conocimiento del ataque a pedradas sufrido por la Técnica 7, derivándose, presuntamente, a partir de allí la refriega de anteayer con alumnos de la Media 1. Lo cierto es que estos episodios, agravados por los cruces previos en redes sociales entre alumnos de ambos colegios, se suman a una cadena de violencia que envuelve a las escuelas de la Región y que, al parecer, no encuentra una vía de solución para erradicar el foco de tensión, peligro y daño que, entre otras derivaciones negativas, origina la pérdida de días de clase para distintas comunidades educativas.

A partir de los primeros y confusos incidentes, anteayer, lejos de calmarse los ánimos, se encontraron grupos de alumnos de los dos colegios en la plaza Olazábal, de 7 y 38. Una rápida intervención de la policía permitió abortar el enfrentamiento. Sin embargo, las acciones se trasladaron a la plaza Belgrano, en la zona de 13 y 40, donde volaron piedras, cruzaron trompadas y toda clase de amenazas, en una batahola que se registró al mediodía. Si bien el enfrentamiento duró pocos minutos, quedó abierta la posibilidad de que se registraran nuevos cruces y ello puso en alerta a los directivos de los dos colegios, que se reunieron en las últimas horas para tratar de encontrar una rápida solución al conflicto. En tanto, desde la Jefatura de Inspección de la Región La Plata, se indicó que en cada una de las situaciones conflictivas que se plantean en las escuelas hay personal docente capacitado para intervenir y darle una solución.

No es la primera vez que ocurren estos incidentes. Algo similar pasó en años anteriores al festejarse el Día del Amigo, cuando una verdadera batalla se desató entre grupos juveniles en el exterior del Teatro Argentino, cuyo edificio resultó atacado a pedradas que causaron la rotura de vidrios de las barandas, al tiempo que algunos autos también sufrieron diversos daños.

Bien se conoce que muchas veces los boliches, los recitales y, en oportunidades, las escuelas, suelen ser los escenarios centrales en los que se desatan con dolorosa frecuencia episodios violentos que tienen a los adolescentes como víctimas y victimarios. Y en ese marco, seguramente, un principio para comenzar a encontrar soluciones a la problemática signada por las agresiones, sería advertir que estamos ante una generación que crece y se desarrolla en lo que podría calificarse como una verdadera cultura de la violencia.

Mientras tanto, sin ninguna duda, padres y educadores deben tomar debida nota de las crecientes expresiones violentas que signan en este tiempo las relaciones entre los jóvenes, para encontrar el modo de que esa tendencia comience ya a ser revertida.

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