Decenas de muertos por un atentado del Estado Islámico en un campo de refugiados sirios

Los civiles que huyen de la guerra no pueden ingresar a lugares seguros por temor a que con ellos ingresen yihadistas. Se desmorona autodenominado califato

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DAMASCO

Decenas de personas murieron ayer en un atentado perpetrado por el grupo islamista Estado Islámico (ISIS) en una zona donde se concentraban desplazados por los combates en la provincia siria de Deir Ezzor, en el noreste del país, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

La explosión se produjo en una zona ubicada entre los campos de gas de Koniko, el mayor del país, y Al Yafra, a orillas del río Éufrates, y causó la muerte de decenas de civiles e hirió a un número indeterminado de personas.

Según fuentes consultadas por el OSDH, una organización pro-opositora y con sede en Londres, el atentado, perpetrado con un coche bomba, causó una segunda explosión, que se cree que puede ser de un camión cisterna que transportaba combustible.

BUSCAN YIHADISTAS

El Observatorio explicó que centenares de personas que huyeron de los combates en Deir Ezzor no consiguen alcanzar los campamentos de desplazados porque las fuerzas desplegadas en la zona no les franquean el paso para identificar si entre los civiles se ocultan yihadistas.

El ejército sirio y las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), milicias lideradas por kurdos, llevan a cabo sendas ofensivas contra el ISIS en puntos diferentes de esa provincia, fronteriza con Irak.

Por otra parte, dos personas murieron ayer y varias resultaron heridas en un bombardeo en la capital siria, Damasco, una zona controlada por el Gobierno, informaron fuentes oficiales y activistas.

El OSDH precisó que al menos 10 proyectiles cayeron en el barrio Al Abasiyin, en el este de la capital, mientras que la agencia oficial de noticias Sana confirmó las dos víctimas fatales.

El bombardeo supone un nuevo incumplimiento al acuerdo de Astaná, firmado con la mediación de Rusia, Turquía e Irán, que estableció una zona de distensión en distintas regiones, entre ellas la de Guta Oriental, bastión de la oposición en las afueras de Damasco.

El OSDH advirtió que el número de víctimas en Al Abasiyin puede aumentar porque varios de los heridos se encuentran en grave estado, aunque no precisó su número.

SE DESMORONA EL CALIFATO

El nuevo atentado del ISIS coincide con el momento en que el califato proclamado por el grupo terrorista en 2014 quedó reducido a un puñado de pueblos en la ribera del río Eúfrates y en la zona desértica entre Siria e Irak por los avances de las ofensivas a ambos lados de la frontera.

La mayor pérdida para el grupo terrorista fue la caída de la ciudad de Deir al Zur, uno de sus principales centros de poder en Siria que ayer fue controlada por completo por el ejército sirio, mientras que, al otro lado de la frontera, las tropas iraquíes conquistaron uno de sus últimos reductos en el país, la comarca de Al Qaim. La presión de las tropas conjuntas iraquíes forzó una desbandada de los combatientes del ISIS. (TELAM Y EFE)

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