Algo falló en el 911 y en el SAME para asistir rápidamente a la nena baleada

La asistencia sanitaria nunca llegó al sitio donde la pequeña recibió el tiro, y los propios familiares debieron llevarla al hospital

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¿Se podría haber salvado la vida de Abril Bogado después de la salvaje agresión sufrida tras recibir un impacto de bala en la cabeza?

Nunca podrá saberse. Pero sí puede presumirse que a la hora de prestar el primer auxilio, algo falló.

En principio, en esa madrugada del domingo pasado, víctima de la desesperación, el propio padre de Abril decidió llevar él mismo a su hija al hospital. Porque al lugar, las ambulancias del SAME nunca llegaron.

¿Qué fue lo que sucedió?

Desde el ministerio de Seguridad bonaerense, fuentes oficiales confiaban ayer a EL DIA que el primer llamado al 911 fue recibido a las 4,28, y que luego se recibieron otros cuatro llamados más dando cuenta del episodio ocurrido en la calle 510 entre 11 y 12.

Desde esa misma dependencia se confirmó que a las 4,39 se dispuso el envío del primer patrullero, y que el mismo llegó al lugar a las 4,46. Pero nadie dio aviso al número 107, para alertar al SAME ante la emergencia y disponer el envío de ambulancias y personal médico.

Desde el SAME, en tanto, ayer ninguna autoridad quiso hablar sobre el tema oficialmente, aunque fuentes vinculadas a ese servicio contaron que “si bien esa noche -por la madrugada del domingo- se recibió un llamado en la línea 911 en relación al hecho, el servicio lo tomó como una emergencia policial y no sanitaria, por la cual se envió un patrullero al lugar en lugar de una ambulancia”.

“Cuando minutos más tarde el móvil llegó al lugar -añadieron- no encontró a nadie dado que los padres de la chiquita habrían resuelto no perder tiempo y llevarla ellos mismos al hospital. En el SAME no hay en todo caso registro alguno de llamadas vinculadas a ese hecho”.

¿Quién debía entonces llamar al servicio de emergencias estatal para asistir a las víctimas en un caso de semejante magnitud?

¿Los propios familiares, presas de un estado de angustia y desesperación ante las heridas sufridas por la nena?; ¿los vecinos, azorados ante un hecho ocurrido mientras dormían?; ¿los mismos delincuentes?.

Fuentes del ministerio de Seguridad señalaban ayer que el protocolo indica que el receptor de los llamados, ante un caso de estas características, es quien debe contemplar la emergencia policial y la sanitaria. Pero esta vez, la segunda nunca fue contemplada.

¿Y qué de la contención a los padres? Ellos mismos tuvieron que llevar a su hija a una pronta atención.

Las heridas de Abril parecían determinantes y tal vez nada pudiera haberse hecho en caso de actuar con mayor premura. Pero si las mismas no hubieran sido de tamaña gravedad, actuar de otra manera bien podría haber salvado una vida.

Lo que parece claro, es que algo no se hizo bien y que, en este caso, todos los mecanismos de auxilio, simplemente, fallaron.

 

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