"Me drogo desde los 8 años, a los 13 ya tuve una pistola, estuve en un correccional y salí con más maldad"

En Córdoba es conocido como "Chocolate", pero su nombre es Carlos Ariel Murúa. Con tan solo 20 años, fue condenado a 17 de prisión por "hechos violentos" reiterados, que incluyen un homicidio y dos que quedaron en grado de tentativa.

Chocolate fue sentenciado por su amplio historial de delitos cometidos en pocos años. Concretamente, la justicia lo halló culpable de: "portación ilegal de arma de guerra; abuso de armas; amenazas; violación de domicilio; homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa; resistencia a la autoridad; daño agravado por la participación de un menor; abuso de armas agravado por la intervención de un menor; homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor; y coautor del delito de tentativa de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor".

El interrogante más lógico que surge al respecto es cómo alguien tan joven, de sólo 20 años, posee un prontuario de tal magnitud. El propio Chocolate contó parte de su desgarradora historia. "Me drogo desde los 8 años. A los 13 ya tuve una pistola 9 milímetros. Después de los dos años y 8 meses que pasé en el Complejo Esperanza, lejos de salir mejor salí con más bronca, con más odio, más maldad y más malicia. Estoy mal, triste por el daño que hice. Salí más maldito del complejo". Además, habló del drama familiar que vivió desde que era un niño. Por ejemplo, relató que vio cómo su padre, cuando tomaba, le pegaba a su madre.

En 2013, cuando tenía 16 años, Chocolate mató a una chica de 13 años, Tamara Gómez, durante un enfrentamiento entre bandas. Por el homicidio de esa adolescente fueron condenados tres jóvenes. Chocolate fue declarado culpable, pero como era menor de edad, intervino el juez del fuero penal juvenil José González del Solar, quien lo derivó al Complejo Esperanza. Sin embargo, después fue liberado tras cumplir la mayoría de edad: la Cámara "demoraba" en juzgarlo y los plazos vencieron.

Chocolate protagonizó varios delitos más a partir de 2015, cuando salió nuevamente a la calle. En la sentencia se le computó un total de diez hechos delictivos hasta junio del año pasado, cuando fue arrestado. No tenía condenas anteriores legalmente computables aunque sí graves antecedentes desde que era menor de edad. Por ejemplo, se le comprobó que usó una pistola robada en la Jefatura de Policía, causa que seguirá en el fuero Penal Económico.

Para el fiscal Marcelo Hidalgo, Chocolate es un producto de la falla del sistema penal. "Bajar la edad de imputabilidad no es una cuestión que supere este problema. Murúa es el resultado de la falta de seguimiento y de control (de los detenidos), sean mayores o menores. Después del crimen de 2013, ¿qué hizo el Estado?: poco más de dos años en un instituto y 'ya estás recuperado'. La presencia del Estado no pasa exclusivamente por lo punitivo o represivo", explicó.

"La ausencia del Estado en casos como este cuesta muy cara. Hay que invertir en horas de asistentes sociales, terapeutas y psicólogos que hagan seguimientos", concluyó el fiscal.

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