El Kempes colapsó ante tanta agua y el partido casi se suspende
Edición Impresa | 4 de Diciembre de 2017 | 04:54

Córdoba (enviados especiales)
En la ciudad de Córdoba esperaban fuertes lluvias ayer por la tarde, pero no la semejante cantidad de agua que finalmente cayó. La tormenta comenzó una hora antes de que arranque el encuentro entre Talleres y Estudiantes y, cuando faltaban 40 minutos, se desató un diluvio que no solo inundó el campo de juego sino también todas las tribunas del estadio Mario Alberto Kempes. Por esta razón Diego Abal decidió que el partido comenzará media hora más tarde. Más precisamente, el partido se inició a las 17:36.
Una vez que comenzó la tormenta, los charcos se hicieron dueño de la cancha rápidamente, mientras que en la plateas el agua se filtraba por los techos, los palcos y hasta por las cabinas de transmisión. Todos, incluido Piñón Fijo que estaba haciendo un show dentro de la cancha, escaparon en busca de un refugio ante semejante lluvia que estaba acompañada por actividad eléctrica.
Mientras todo esto ocurría, Mariano Andújar salió a hacer la entrada en calor adentro de la cancha junto a Daniel Sappa y Leandro Cortizo, quienes desde un primer momento evidenciaron que la pelota no corría con normalidad. Lo mismo ocurrió con Guido Herrera, el guardametas del conjunto cordobés que saltó al campo de juego minutos más tarde.
A las 16:30 salió Diego Abal, con paraguas en mano, a inspeccionar el campo de juego junto a sus colaboradores. Recorrieron de punta a punta la cancha, hablaron con los arqueros y, tras una breve reunión entre ellos, decidieron salir a recorrerlo quince minutos más tarde.
En la segunda recorrida el juez volvió a comprobar que la pelota no rodaba con normalidad pero, luego de charlar con Lucas Bernardi y Frank Kudelka, acordaron que a las 17:05 iban a salir nuevamente a la cancha para tomar la determinación final. Los hinchas de Talleres, en tanto, comenzaron a impacientarse e insultaron no solo a la terna arbitral, sino también a los que hacían campo de juego para la televisión cuando estos hacían pruebas con la pelota en los sectores donde había más agua.
Y cuando parecía que en la tercera salida del árbitro el partido iba finalmente a suspenderse, el sol empezó a ganar el protagonismo en el Mario Alberto Kempes, lo que ayudó a que los charcos comiencen a desaparecer. Además de esto, los alcanzapelotas aparecieron con secadores para sacar la mayor cantidad de agua posible y permitir que el partido se juegue
Ante este panorama favorable, finalmente Abal tomó la decisión de que se disputará el partido, algo que generó la ovación de los hinchas de Talleres, que comenzaron a acercarse al estadio en buena cantidad recién cuando el diluvio empezó a ceder un poco.
A la hora del partido, el campo de juego casi que no mostró agua de manera visible, marcando el buen drenaje de un terreno que fue renovado hace pocos meses. Además, fue llamativo el cambio de clima, porque a las 16:45 era todo un diluvio y una hora más tarde la platea frente a las cabinas y buena parte del campo de juego estaban iluminadas por un sol intenso.
FALLAS ESTRUCTURALES
La tormenta de ayer desnudó varias falencias de infraestructura del Mario Alberto Kempes, estadio renovado en 2011 para la Copa América que se disputó en nuestro país. El agua se filtró por todos lados, inclusive en sectores como las cabinas de transmisión y oficinas administrativas. Esto dificultó el trabajo de la prensa, por ejemplo, ya que el agua puso en riesgo computadoras, equipos de transmisión de radio, entre otros elementos eléctricos.
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