El Rojo supo recuperarse e irá con ventaja a la definición en el Maracaná

En la final de ida de la Copa Sudamericana, Independiente fue más que Flamengo y se quedó con una victoria valiosa, aunque no decisiva. El miércoles próximo se resolverá todo en Río de Janeiro

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Independiente salió a lo Independiente. En la conferencia de prensa previa al partido de anoche en el Libertadores de América había sido muy claro en sus conceptos técnico del Rojo: “debemos jugar como la historia manda”, soltó sin titubeos Ariel Holan. Aquella frase del orientador táctico llevaba de manera explícita la idea con que afrontarían el crucial partido, pero también encerraba un mensaje implícito, algo así como “si se llegó hasta aquí con una idea, no hay porqué renunciar a ella, por más que por delante estén los encuentros decisivos”.

Y vaya si sus dirigidos comprendieron ese mensaje. Desde el comienzo del partido la postura del dueño de casa fue de un protagonismo excluyente, llevó a su mínima expresión a un rival de la talla de Flamengo, uno de los más grandes y, sin dudas, el más popular del Brasil. Fue casi todo rojo desde el inicio, salvo algunos descuidos en las pelotas detenidas.

Fue por esa vía que el equipo carioca, cuando ni el más optimista hincha “rubro-negro” lo hubiera imaginado, se puso en ventaja por un tremendo frentazo de Réver, quien demostró una extraordinaria destreza para ganar en lo alto.

No resultó menor el lenguaje gestual de Holan instantes después del gol visitante: “jueguen, jueguen”, moviendo sus manos a un lado y al otro de su cuerpo. Esa línea bajada para sus dirigidos, aún en el momento más complicado del partido, marcó la clara pauta de que ni en el peor contexto se abandonaría la idea madre del juego de este ciclo deportivo de Independiente.

PRESIÓN, TRIANGULACIÓN Y, SOBRE TODO, MUCHA DINÁMICA

El Rojo hizo ancha la cancha. Con laterales que se lanzaron constantemente al ataque y, al desdoblarse, le permitieron a los locales contar siempre con ventaja de pase ante un desconocido Flamengo.

Con esa tónica llegó el gol del empate en los pies de Gigliotti, sobre la media hora de partido. Toques, diagonales y paciencia. Fue esa combinación la que llevó a la recuperación al conjunto de Holan. Hasta el descanso, fue una marea roja indetenible la que se impuso en la calurosa noche de Avellaneda.

El “Mengao” lució confundido, como aturdido por la intensidad del equipo argentino. Dinámica en defensa y en ataque, para encontrar espacios y entregar ventajas de pases a sus compañeros. Esa fue la receta del Diablo Rojo.

La misma que en el complemento le permitió dar vuelta el resultado, gracias a una exquisita definición del ex Gimnasia Maximiliano Meza, que empalmó una pelota de primera, para colocar el esférico contra un palo. Inatajable. Semejante gesto técnico merecía terminar en gol. Y así fue. Se puso 2 a 1 Independiente.

La recuperación en el marcador no fue una casualidad. Fue el resultado inexorable de un dominio absoluto de las acciones durante los primeros 65 minutos de partido.

Se vio una actitud notable en el dueño de casa. Fue siempre hacia adelante, hasta que consiguió su objetivo de dar vuelta la historia.

ÚLTIMO CUARTO DE HORA MUCHO MÁS EQUILIBRADO

Independiente sostuvo el dominio y la presión hasta que le dieron las piernas. Fue tan grande el desgaste realizado por los de Holan, que en los últimos quince minutos se quedaron sin nafta. Allí Flamengo equilibró el trámite y hasta contó con chances para empatar.

Se fueron los primeros noventa minutos y el Rojo se alzó con una victoria incontestable. No está dicha la última palabra. Pero irá con una valiosa ventaja al Maracaná.

 

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