Los superhéroes, al rescate del cine
Edición Impresa | 15 de Mayo de 2017 | 03:53

Antes de este siglo hubiera sido impensado que el cine de superhéroes sostuviera la clave de la millonaria industria del séptimo arte: y sin embargo, mientras “Guardianes de la Galaxia Vol. 2”, segunda parte de una saga que no podría haber existido antes y que ni siquiera su estudio pensó que sería exitosa, escala día a día posiciones en la taquilla del año, convirtiéndose en menos de dos semanas en la tercera cinta más vista del año, y camino a ganar su segundo fin de semana en las boleterías argentinas en el siempre competitivo mes de mayo, parece evidente que los superhéroes, que constituyen año tras año hace más de un lsutro los estrenos más esperados de cada temporada, han conquistado la pantalla grande por completo.
Pero el verdadero aporte que han hecho los héroes al cine es en su modelo de producción y comercialización: la franquicia superheroica sentó la base para el cine de franquicias del siglo XXI, cuya producción ocupa nueve de diez puestos en el top 10 de los más visto de la historia del cine, siendo la única excepción la paradójicamente invencible “Titanic”.
Esta idea del cine de superhéroes sentando las bases de Hollywood tesis recorre la obra recientemente publicada del periodista y crítico Juan Manuel Domínguez, “Super Hollywood: los héroes del cómic salvan al cine” (Paidós, 2017).
Las historietas, afirma Domínguez en la en introducción a una obra que ofrece claves de lectura para comprender el estado de la industria hoy, “eran chicle pop masticable de unos pocos”, pero ante la crisis del cine durante el inicio del siglo, con el auge de internet, la multiplicación de pantallas y el cine de living, Hollywood encontró en los comics la idea de la franquicia: “Había allí (...) un modelo de maqueta de todo lo que Hollywood necesitaba maximizar para seguir en pie frente a la llegada de la nueva edad dorada de la televisión, la evolución de los videogames y la presencia innegable de internet y sus alternativas al cine, sean estas legales o ilegales”, explica.
¿Qué tomó la industria del comic? “Un fanatismo casi devoto”, “la posibilidad de espectáculo tamaño ‘fin del mundo’”, “un semillero de historias a cortar y pegar testeadas” y “la chance de generar filmes que se vinculan entre sí (es decir, que garantizan una base de público desde el vamos y una idea de comunidad, de pertenencia)”, enumera el autor (porque, ahora, los “nerds”, ese colectivo víctima de bullying, están de moda). El cine necesitaba volver a tener una audiencia masiva, para lo cual tuvo que garantizar un espectáculo que hacía falta ver en pantalla grande, un “evento”, que, debido a la inversión millonaria que implicaba, configuraba un gran riesgo: pero, a base de construir un universo de películas conectadas entre sí caminando en paralelo hacia un gran final, la industria se aseguró una base de fans que van al cine sin importar lo que siga la crítica (que en muchos casos ha reconfigurado su rol y transformado el comentario distanciado de un apasionado debate de café en YouTube).
Pero lo valioso del modelo es que es aplicable no sólo a superhéroes: en los últimos años se han construido universos de monstruos, robots, óperas espaciales, princesas y magos. Todo gran estreno de la industria estadounidense es imaginado como el inicio de una potencial saga infinita.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE