Temer encara una semana compleja acorralado por la Justicia y un paro

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SAN PABLO.- El presidente de Brasil, Michel Temer, afronta sus horas más bajas, acorralado por acusaciones de corrupción sobre las que la Fiscalía brasileña debe pronunciarse antes de mañana martes y blanco de una nueva huelga general contra la reforma laboral y jubilatoria, convocada por los sindicatos para el viernes próximo.

El primer round de la semana deberá ser antes de mañana, cuando vence el plazo para que el procurador general de la República, Rodrigo Janot, presente ante el Supremo Tribunal Federal (STF) la denuncia por corrupción pasiva contra Temer.

El jefe de Estado es investigado por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita, y al menos en el primer caso la Policía Federal ya informó que halló “serios indicios” que comprometen al gobernante.

Las sospechas de que Temer participó “con vigor” en asuntos de corrupción se desprenden de confesiones hechas por directivos del grupo JBS, uno de los mayores productores y exportadores de carnes del mundo, que en un acuerdo de cooperación judicial detallaron una serie de irregularidades en las que estaría involucrado el presidente.

ANALISIS DE GRABACIONES

Las grabaciones entregadas como prueba por el empresario Joesley Batista de su diálogo con Temer fueron sometidas a pericia por la Policía Federal, que según el diario Folha de San Pablo, constató “interrupciones técnicas” del audio, pero descartó que el material hubiera sido editado, como apuntó la defensa del gobernante.

El resultado de la pericia deberá ser presentado hoy a la Corte Suprema. No obstante, por la Constitución, el mandatario tiene fueros privilegiados en que el STF es la única corte que puede juzgarlo y por su condición de jefe de Estado, además, cualquier proceso jurídico en su contra deberá tener el aval de la Cámara de Diputados, cuya mayoría oficialista no es tan clara.

Después de las denuncias de Batista, quien negoció una delación premiada para reducir sus condenas por corrupción, la base aliada al Gobierno se fisuró y algunas formaciones retiraron su apoyo al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), obligando a la salida y cambios de algunos ministros.

El PMDB, ahora con el apoyo del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), su principal aliado, busca en el Legislativo el apoyo suficiente para evitar que los diputados avalen la apertura de un proceso contra Temer. (EFE)

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