Otro viaje a la tragedia con el amargo sabor de que se pudo haber evitado

El micro, sin habilitación, pone en el ojo de la tormenta la falta de controles en las rutas

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No es el primer caso en las rutas que enluta al país. Lamentablemente, tampoco será el último. Las irregularidades y la falta de controles son las principales causas de que Argentina ofrezca luctuosos resultados en materia vial.

Por lo pronto, en la tragedia de Mendoza ocurrida el domingo pasó mucho de eso. Según se supo ayer, confirmado por el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, el colectivo que se accidentó en San Rafael, con un resultado de 15 muertos, “no tenía habilitación para hacer viajes de turismo nacional”, y además los primeros análisis del siniestro indican que “había un exceso de velocidad”.

Durante una conferencia de prensa en la ciudad de Mendoza, el ministro indicó que había “documentación adulterada en el colectivo” y eso es “ parte de lo que tiene la Justicia” para investigar.

El propio ministro resaltó que “en nuestro país hay transportes que no cumplen requisitos y venimos trabajando fuertemente para que eso no suceda. Hay una agenda para ir mejorando los controles, pero lamentablemente falta mucho y estas cosas requieren tiempo”.

“Todo indica que la causa de esta tragedia fue la imprudencia de un conductor”, destacó y agregó que se seguirá “trabajando todos los días para evitar que sucedan tragedias en este país”.

Mientras tanto, la ministra de Salud de Mendoza, Claudia Najul, confirmó anoche que quedan todavía 15 pacientes internados en distintos hospitales de la provincia, cinco de ellos en terapia intensiva, integrantes de la delegación que viajaba en el colectivo que volcó a 30 kilómetros al sur de San Rafael, donde murieron 15 personas.

También la ministra indicó que entre los internados en terapia intensiva hay dos menores de edad, Yamila Quevedo, de 16 años, y Malena Leiva, de 7 años;, y otros tres mayores: Ruben Soto (23), Claudio Giménez (41), y David Sosa (27).

DOCUMENTACION APOCRIFA

En este marco, el titular de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), Carlos Pérez, aseguró que el micro siniestrado “presentaba documentación apócrifa”, y que la licencia de trasporte de pasajeros “había sido dada de baja en diciembre de 2016”.

También confirmó que toda la documentación respecto del micro está en manos del juez Pablo Peñasco, y que el vehículo no pertenecía a una empresa sino que era “unipersonal”.

“Hay que ver quién tiene la titularidad del vehículo -indicó Pérez- ya que este será “un tema fundamental para el avance de la causa”.

Sin embargo, el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, aseguró que el ómnibus que volcó en la ruta nacional 144 en Mendoza “contaba con el permiso para circular en la provincia de Buenos Aires”, y que se trata “de una familia que se dedicaba al transporte escolar y recreativo desde hace muchos años en Grand Bourg, no una empresa de turismo”.

Como tantas otras, la tragedia de Mendoza deja el amargo sabor de que se pudo haber evitado. Sin embargo, las rutas argentinas se siguen devorando víctimas.

En el caso de chicos, como los que viajaban por Mendoza el domingo, al menos 31 estudiantes argentinos menores de edad y once de los adultos que los acompañaban murieron en los últimos 20 años como consecuencia de accidentes de tránsito durante viajes de estudio realizados con sus compañeros de curso, padres y docentes para coronar el cierre de distintas etapas escolares.

Entre esos accidentes, se recuerda el ocurrido en la noche del 27 de diciembre de 1996, donde cuatro adolescentes de 17 años fallecieron cuando un micro de El Rápido Argentino que los llevaba a Bariloche chocó frontalmente con un camión sobre la ruta 51, a la altura de la localidad bonaerense de Coronel Pringles. O el del 8 de octubre de 2006, cuando tuvo lugar la denominada “tragedia de Ecos”, tal como se conocería desde entonces la muerte de 10 estudiantes del colegio Ecos de Villa Crespo ocurrida en la ruta nacional 11, a 200 Km de Santa Fe. También, el del 2 de noviembre de 2011, cuando seis niñas de entre 10 y 11 años de un colegio católico de San Luis fallecieron tras chocar el micro que las transportaba contra un tren de cargas.

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