Sin desvíos, se puso en marcha la recuperación del Camino Belgrano

Por ahora sólo habrá reducciones parciales de la calzada. Lo van a repavimentar. Más luces y señalización

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Con menos baches y mejores banquinas, más iluminado pero igual de angosto. Así quedará uno de los accesos más importantes de la Ciudad a partir de las obras que la Provincia encaró ayer en el camino General Belgrano.

Los trabajos, a cargo de la Dirección de Vialidad bonaerense con la colaboración del municipio, fueron caracterizados como parte de un “plan integral de puesta en valor” que abarcará los diez kilómetros y medio comprendidos entre las calles 403 y 514.

La primera etapa a ejecutarse es de 3,5 kilómetros, entre 411 y 456; allí pueden apreciarse ya los efectos del fresado y raspado de la capa superior de la calzada, preparatorios para el bacheo y la colocación de una nueva carpeta asfáltica,

En ese sector, también se reacondicionarán las banquinas y se instalarán luminarias con tecnología LED, y se barajan tanto la reposición de la señalización vertical y horizontal como la de varias garitas de colectivos.

Las empresas Pelque, Briales y Ocsa, se informó oficialmente, serán responsables de concretar el objetivo de “recuperar un eje vital para el tránsito de la Región”, según describieron en la Comuna local, para “agilizar la circulación y conectar mejor las localidades del norte del partido con el casco fundacional”.

“En esta primera etapa del plan se avanzará con las obras realizando reducciones parciales de calzada, pero en principio no habrá cortes totales ni desvíos para el tránsito vehicular; a medida que continúen los trabajos se irán analizando los operativos en cada tramo en particular”, se subrayó.

Semanas atrás, el programa de obras anticipado por las autoridades municipales y provinciales incluía el ensanchamiento del camino en “tramos puntuales”, pero “sin entrar en eventuales conflictos con los vecinos”. Ahora, esa iniciativa parece haber quedado postergada.

Actualmente, extensas porciones del Belgrano muestran un deterioro avanzado, con grietas, pozos, crestas en el asfalto, banquinas sin mantenimiento o permanentemente embarradas, y alumbrado mortecino. De todos modos, la principal falencia del camino es su escasa capacidad para encauzar la intensa demanda cotidiana; en las horas pico, unir Villa Elisa y La Plata puede transformarse en una odisea interminable.

De acuerdo con la ley provincial 1907 que ordenó su construcción, cada una de las manos del Belgrano debía tener como mínimo una anchura de seis metros, y dos carriles. La primera de estas fajas adoquinadas se inició a mediados de 1911 y se estrenó cinco años después, pero la segunda nunca llegó a construirse, y su zona de reserva fiscal, incluyendo parte de las banquinas, fue paulatinamente ocupada por particulares con cercos, muros y alambrados.

 

 

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