Tras un conmovedor adiós, las córneas y válvulas cardíacas de Lara ayudarán a otros
Edición Impresa | 9 de Agosto de 2017 | 01:51

Las córneas y las válvulas cardíacas de Lara, la chica de 15 años que se disparó el jueves en la escuela y falleció el lunes poco antes del mediodía, ayudarán a otras personas.
Es que los padres de la joven decidieron donar sus órganos, tras lo cual, según se supo, no se realizó sepelio.
El director ejecutivo del Hospital San Martín, Alberto Urban, explicó a este diario que “los órganos estaban muy comprometidos por el tratamiento que se le realizó, básicamente con noradrenalina, para intentar salvarla. No obstante se pudieron procurar algunos tejidos”.
El profesional destacó que “es muy raro que se puedan donar órganos de un paciente que estuvo en terapia intensiva, aunque en este caso fue posible donar tejidos. En general, las donaciones de órganos provienen de personas que ingresan en urgencias, por problemas traumatológicos graves, y tienen muerte cerebral”.
Lara nunca tuvo muerte cerebral, por lo que no se pudo activar el protocolo de donación convencional.
intimo
Familiares, amigos, compañeros y docentes, tanto del Colegio Nacional como de la Escuela Italiana, donde Lara cursó la primaria y 1º y 2º año de la secundaria, despidieron en la intimidad a la adolescente.
Llantos, abrazos, mensajes destinados a fortalecer a los más allegados, fueron el denominador común tras los cuatro días que la niña permaneció en coma.
El Nacional, como se había anticipado, ayer permaneció cerrado. Solamente fueron algunos directivos.
En la Escuela Italiana, luego de conocerse la noticia del deceso el lunes al mediodía, a sus ex compañeros de división les dieron permiso para retirarse, mientras que ayer directamente no tuvieron clases.
En la institución se llevó a cabo una jornada de reflexión, que también fue de recuerdo. “Hubo hasta maestras de primaria que la tuvieron como alumna que compartieron con los chicos sus vivencias”, indicaron en el colegio de avenida 44.
regreso “a medida” y en el laboratorio de quimica
Hoy vuelven a clases los 1.800 alumnos del Colegio Nacional, luego de una semana que sin lugar a duda alguna marcará un antes y un después en la vida de la emblemática institución de la Universidad.
Como se indicó en la edición del viernes pasado, el aula donde ocurrió el hecho se encuentra ubicada en el segundo piso del edificio de 1 y 49. Es la última del ala que da a calle 50 y lleva el nombre “Cordero”.
El secretario de Asuntos Jurídicos y Legales de la UNLP, Julio Mazzotta, ratificó ayer que ese salón “no se va a utilizar”.
Desde el establecimiento de avenida 1 añadieron que “los 23 compañeros y compañeras de Lara -que irán regresando a medida que se encuentren en condiciones de hacerlo- ni siquiera irán a otra aula. Tomarán clases en uno de los laboratorios de Química, que se encuentra en la planta baja”.
Explicaron que la determinación fue comunicada a los padres y que se basó en dos cuestiones centrales. “Si fuesen a otra aula, el riesgo de una asociación directa con lo ocurrido es enorme, pues los salones de clases del Colegio Nacional son todos iguales. Por ello se busca evitar la asociación por razones estrictamente físicas, o edilicias si se quiere”, puntualizaron.
Otro elemento que se puso en primer plano fue “la cercanía del laboratorio con la zona donde se encuentran la rectoría, la regencia, la sala de profesores y la de preceptores del colegio. Ello tiene que ver con la estrategia de contención, que abarca a los alumnos, desde ya, pero también a los docentes y demás integrantes de la comunidad educativa”.
En ese marco, se indicó que se entregó a cada miembro de la comunidad un documento firmado por todas las autoridades de la UNLP y del equipo de gestión del colegio, donde hay pautas brindadas por especialistas que buscan ser una apoyo en la vuelta a la actividad.
“En estos días se ha acercado voluntariamente gente del ministerio de Salud, de hospitales de la Región, del Colegio de Psicólogos, para ponerse a disposición del colegio”, resaltaron en el Nacional.
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