“Pequeña gran vida”: una sátira ambiciosa

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Alexander Payne como director y Matt Damon como protagonista lideran “Pequeña Gran Vida”, una comedia con momentos brillantes que destila inteligencia y crítica social, pero que pierde el ritmo en su excesiva ambición.

“Creo que es optimista en unas cosas y pesimista en otras”, dijo Payne, el director de las brillantes “Los descendientes” y “Elección”, que construyó la película sobre una premisa de comedia de ciencia ficción, pero que en el camino pasó a ser un drama, una historia de amor, una denuncia del capitalismo e incluso un alegato medioambiental.

Una historia que para Payne tiene “el mismo sentido del humor y el mismo tono” que su anterior colaboración con el guionista Jim Taylor, “Entre copas”.

Pero si aquel filme era una pequeña y redonda historia de relaciones personales, “Pequeña Gran Vida” es mucho más ambiciosa y compleja, lo cual no es necesariamente positivo. La cinta plantea la imposible hipótesis del descubrimiento por parte de un científico noruego de un producto que permite encoger a los seres vivos: un hombre de 1,80 pasa a medir poco más de 12 centímetros, y esta posibilidad, que unos ven como la bendición necesaria para salvar el mundo de la explotación de recursos y otros como una locura de un puñado de iluminados, es el inicio del filme.

Un original punto de partida y una historia que para Matt Damon es “absolutamente maravillosa y única” y que fue la razón que le llevó a aceptar su papel. “Para ser justo, cualquier actor del mundo querría trabajar con Alexander”, agregó Damon, quien es el protagonista absoluto, primero en tamaño normal y luego reducido, de una película por la que pasan Kristen Wiig, Christoph Waltz, Laura Dern, Jason Sudeikis, Neil Patrick Harris o Joaquim de Almeida.

Pero en la que brilla especialmente la estadounidense de origen vietnamita Hong Chau, conocida por sus colaboraciones en series televisivas como “Treme” o “Big Little Lies”, interpretando a una activista de Derechos Humanos vietnamita, reducida de tamaño en la cárcel y que se dedica a ayudar a los pobres de ese mundo liliputiense en el que se repiten los estereotipos y los problemas del mundo de tamaño normal.

Una historia que se desarrolla principalmente en Estados Unidos pero que también pasa por Noruega y, de forma metafórica, por Vietnam y otros países. “La idea era mostrar cómo esta cuestión afecta a todo el mundo aunque esté ambientada principalmente en Estados Unidos y por eso hay hispanos, vietnamitas , noruegos”, explicó el realizador.

 

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