Sin agua, en el barrio PAMI los jubilados se la pasan cargando baldes para poder abastecerse

Llevan dos días sin poder asearse, usar los baños o cocinar en 74, 118 y 119. Dicen que el problema está en vías de solución

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En las últimas 48 horas los jubilados y pensionados que viven en el barrio PAMI se la pasaron cargando baldes con agua de la única canilla en la que a cuenta gotas pudieron hacerse del mínimo necesario para afrontar tareas cotidianas como asearse, utilizar el baño o cocinar. Según contaron, la “sequía” se originó en la rotura de los dos motores del tanque que provee de agua a ese complejo habitacional. “Llamamos a PAMI y nos respondieron que no tienen dinero para arreglarlos, pero nosotros sin agua no podemos vivir”, señaló una de las vecinas para reflejar la problemática situación que atraviesan.

El barrio se llama Arturo Pozzio, el acceso principal se encuentra en 74 entre 117 y 118 de Villa Elvira, a unas 50 cuadras del centro de La Plata. El complejo está conformado por 45 chalets de dos y tres ambientes, 50 metros cubiertos y dos patios. Quienes viven ahí tienen las casas en comodato y pagan por eso un diez por ciento de sus haberes.

“El martes por la tarde ya notamos que no había agua en las canillas y cuando averiguamos nos enteramos que se había roto una de las bombas, la única que quedaba en funcionamiento”, agregó Isabel, otra de las vecinas damnificadas por la falta del servicio.

El inmenso tanque que los abastece se encuentra a dos cuadras del barrio y, según contaron los vecinos, dispone de dos bombas, una de ellas salió de funcionamiento hace bastante tiempo y la otra, se rompió en el último martes.

“Es desesperante no tener agua, en este barrio de adultos mayores hay gente con problemas de salud, discapacitados que no pueden ni dar dos pasos y mucho menos salir con baldes a buscar agua de la única canilla que sale”, dijo Raquel, otra de las vecinas del barrio PAMI.

Si la falta de agua incomodó a los vecinos, fue la respuesta que recibieron por parte de la administración lo que verdaderamente les causó una gran alarma: “nos dijeron que PAMI no tiene dinero para arreglar los tanques”, dijo una vecina.

Una canilla que se encuentra en un área común fue el recurso con el que contaron y el desfile de hombres y mujeres con baldes, tarros y cacerolas vacíos fue incesante en las últimas 48 horas.

Si bien se entiende que es lógico que falte el agua cuando hay cortes de luz y no se pueden encender los motores, pasar tantas horas sin servicio no tiene ningún justificativo para ellos.

Otro de los reclamos que se hizo fue que en los últimos años PAMI no estaría respondiendo a las necesidades de mantenimiento de las viviendas, por lo que si por ejemplo se llueve un techo o se rompe una persiana, así queda.

“Somos jubilados y si pagamos los arreglos no podemos comprar remedios o comer”, dijo un hombre que se sumó al reclamo de que se hagan tareas de mantenimiento en el complejo de viviendas.

De todas maneras se destacó que lo mas urgente es que se arreglen los dos motores que permiten que los tanques de agua estén abastecidos.

“Nosotros pagamos la electricidad para tener las instalaciones en funcionamiento, pero los arreglos tienen que ser solventados por PAMI que por algo hace los descuentos; sabemos que están con tareas para impermeabilizar los motores, pero se necesitan arreglos profundos”, apuntó otro vecino del barrio.

Desde el PAMI informaron que ayer a primera hora fueron puestos al corriente de los inconvenientes. Admitieron que dejaron de funcionar dos bombas y “mientras tanto se instaló una bomba más chica para tener agua para los baños y cocina mientras se define si las bombas se pueden arreglar o no”.

Luego indicaron que “en el barrio se arregló mediante una licitación una de las torres de agua (tenía filtraciones) y se está trabajando en la segunda y si llegara a haber faltante de agua, la UGL tiene un tanque de 700 litros para llevar y recargar”.

 

 

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