Fueron a comprar zapatillas con su bebé y a los dos días volvieron para desvalijar el comercio

El dueño del local asaltado el martes en 520 y 139 dio detalles del caso por el que terminó atado y amordazado junto a un cliente

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Un día después del brutal asalto en una casa de deportes del barrio La Granja, que terminó con el dueño y un cliente atados y amordazados, el comerciante reveló detalles del insólito caso que informó este diario en exclusiva.

Contó que a las 17.30 del martes entraron en su local “Cross Deportes”, de 520 y 139, un joven de unos 30 años y una chica un poco menor, que dos días antes habían estado allí con un bebé en un cochecito. Recordaba que entonces le habían comprado un par de zapatillas - la chica se las mostró apenas entró- y el martes pidieron probarse otros pares.

“Hasta llegué a escuchar que el muchacho le decía a la chica que no estaba dispuesto a pagar otros tres pares y que a lo sumo llevaban dos”, comentó Oscar Peralta (65), quien un rato después caería en la cuenta de que esa charla había sido una puesta en escena.

SORPRESA

Fue cuando volvió del depósito, a donde había ido a buscar algunas cajas de zapatillas que le pidió la pareja, y los encontró amenazando de muerte a un cliente.

El dueño del local contó que lo abrió hace 22 años y ya sufrió un número parecido de robos

“Le pusieron un cuchillo en la espalda”, reveló Peralta, a quien le apoyaron el arma blanca en el abdomen.

“Me presionaba (con el cuchillo) de refilón y al moverlo me terminó provocando una herida superficial”, detalló Peralta mientras mostraba su herida. Y reconoció que tuvo miedo, porque supuso “que iba a apuñalarme”, reconoció.

Con las víctimas bajo control, los delincuentes sustrajeron 3.000 pesos de la caja registradora, el celular de Peralta y entre 10 y 15 pares de zapatillas, por un monto que el comerciante estimó en 12.000 pesos. Al cliente le robaron “4.000 pesos que acababa de sacar de un cajero automático y su teléfono”, indicó el hombre, quien terminó atado de pies y manos y amordazado, igual que el comprador. “Se fueron a los 15 minutos y luego me desaté”, cerró.

 

 

 

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