Los jugadores de Boca que sufrieron las consecuencias de la cobarde agresión

El capitán Pablo Pérez, Agustín Almendra y el juvenil Gonzalo Lamardo se llevaron la peor parte. Los gases afectaron a otros

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Todo estaba preparado para que sea una fiesta. El país, y el mundo entero tenían la mirada puesta en la Súperfinal que debieron protagonizar ayer River y Boca, para dirimir al mejor de América.

Sin embargo, nada de eso ocurrió. Un grupo de hinchas de River inadaptados hizo estallar los vidrios de las ventanillas del ómnibus que trasladó a los jugadores de Boca al estadio Monumental, con una lluvia de piedras, y los gases lacrimógenos que arrojó la policía para dispersar a los revoltosos, terminaron los afectar físicamente a varios futbolistas del plantel de Boca.

Dentro de ese panorama lamentable, hubo algunos integrantes del grupo que dirige Guillermo Barros Schelotto que se llevaron la peor parte, entre ellos, el capitán Pablo Pérez, Agustín Almendra y el juvenil (no iba a jugar) Gonzalo Lamardo, quienes debieron ser trasladados a un centro asistencial para su mejor atención.

Pero también hubo otros jugadores que sufrieron los efectos de los gases lacrimógenos que arrojaron los policías (y algunos cortes), en el momento preciso en que el colectivo ingresaba al estadio.

Son los casos de Carlos Tevez, Edwin Cardona, Fernando Gago, Ramón “Whanchope” Abila, Sebastián Villa, Nahitan Nández y Darío Benedetto, quienes ingresaron al vestuario descompuestos y vomitando.

UNO POR UNO

Como quedó dicho, el volante y capitán Pablo Pérez fue uno de los que se llevó la peor parte, a raíz de la cobarde agresión al ómnibus.

El jugador fue derivado al Sanatorio Otamendi debido a que el ojo izquierdo quedó afectado por el estallido de uno de los vidrios de las ventanillas del micro. Se constató que tiene una úlcera de córnea.

Una situación similar sufrió el juvenil Gonzalo Lamardo, que integraba la delegación, pero que no iba a formar parte del equipo.

Agustín Almendra tuvo que ser atendido con oxígeno dentro del vestuario, debido a la inhalación de los gases lacrimógenos. Misma situación para el delantero colombiano Sebastián Villa.

Y en menor medida, pero también afectados con vómitos, irritación en los ojos y garganta, estuvieron Carlos Tevez, el colombiano Edwin Cardona, Nahitán Nández, Fernando Gago, Ramón Abila y Darío Benedetto.

“ESTOY DOLIDO Y MUY CALIENTE”

“Estoy dolido, porque pareciera que entramos a la cancha a una guerra. Después de la revisión, me diagnosticaron una gran irritación en el ojo izquierdo, con algunos puntitos y lastimadura producto de una astilla”, dijo Pablo Pérez, al momento de abandonar el estadio, después de la postergación del partido y de permanecer allí por más de cinco horas.

Más adelante, el capitán y uno de los referentes del plantel de Boca agregó que “no quiero hablar más del tema porque tengo una calentura bárbara. No merecíamos esto porque venimos al Monumental a jugar un partido de fútbol”.

También el médico del plantel, Jorge Batista, se refirió a la pasada, sobre la situación de Pablo Pérez. “Los certificados del estado del jugador están en la guardia del Sanatorio Otamendi”.

EL RELATO DEL CHOFER DEL MICRO

Además de los jugadores afectados por la terrible agresión, también entró en esa lista el chofer del ómnibus que trasladó al plantel.

Consultado sobre el momento que le tocó vivir, enfatizó que “agarró el control del micro (Horacio) Paolini hasta que yo reaccioné de vuelta y traté de hacer lo posible para traer a los muchachos acá. Pudo haber sido una tragedia. Me acuerdo cuando vi las piedras, después no me acuerdo nada. Reacciono de vuelta, manoteo el volante fuerte y digo ‘estoy bien’. Fue un momento que me quedé sin aire. Lo peor fue en las calles Quinteros y Libertador, ahí fue el ataque masivo. Después, cuando pasamos la rotonda parecía que nos esperaba un ejército. Para mí la zona estaba liberada, veníamos a un partido de fútbol no a la guerra”, confesó el conductor en diálogo con ESPN.

 

 

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