El Gobierno prioriza el paro de la CGT pero descuida al sector privado

Por MARIANO SPEZZAPRIA

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Por MARIANO SPEZZAPRIA
@mnspezzapria

La polémica que se abrió con la iniciativa para que se pague un bono de fin de año que equipare –al menos en parte- la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, parece haber encontrado al Gobierno con un único objetivo que ubica por encima de otras razones: la necesidad política de retomar el diálogo con la CGT y conjurar la amenaza, latente aún, de una nueva huelga general.

De hecho, el ministro de la Producción Dante Sica consiguió, en principio, que la conducción de la central obrera se sentara a una mesa de diálogo tripartito, por primera vez en su gestión y luego de un notorio distanciamiento de los jerarcas sindicales con el presidente Mauricio Macri. Desde ese punto de vista, Sica logró lo que no pudo el desgastado secretario de Trabajo, Jorge Triaca.

Pero ocurre que en esa mesa de diálogo también están representados los empresarios, que lucieron como convidados de piedra. Claro está que las grandes compañías pueden hacer frente a un bono de 5.000 pesos –además pagadero en dos cómodas cuotas-, pero las medianas y sobre todo las pymes están llegando a fin de año con serias dificultades para hacer frente al aguinaldo.

El Gobierno incurriría en un error si, en un contexto recesivo e inflacionario, instituyera el bono de forma compulsiva. Estaría descargando, de ese modo, una parte del costo de la crisis sobre el sector privado, cuando en realidad el origen de los problemas son las políticas desacertadas del Estado (las de antes y las de ahora), más los vaivenes climáticos y de los mercados financieros.

La convocatoria de Sica a la mesa de diálogo tripartito refleja, además, una tendencia cada vez más notoria en el Gabinete en particular y en el oficialismo en general, donde hay funcionarios cuyo objetivo de gestión es muy parecido al control de daños. Esto es, a la contención política y social de los efectos del rumbo económico, que no arrojan buenos indicadores según el INDEC.

El desplome de la producción industrial, un 11,5% interanual en septiembre, fue la caída más pronunciada de los últimos 16 años. Otros datos revelados por el INDEC reflejan el mal estado de la economía: las ventas de insumos para la industria de la construcción registraron en octubre una caída de 17,3%, la más pronunciada en lo que va del año 2018.

En ese marco y no en el de una economía en crecimiento, es que se discute el bono compensatorio.

 

 

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