El radicalismo, otra vez postergado en el reparto de espacios de poder

No ubicó representantes propios en el Banco Provincia ni en el Tribunal de Cuentas. El nombre que no pudo ser

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La lógica de la escasa inserción de dirigentes radicales en el equipo de gobierno de María Eugenia Vidal, se repitió, casi calcada, en la distribución de espacios de poder que estuvo en juego durante la última semana en el Senado bonaerense.

Los senadores debieron votar los pliegos de designación de funcionarios en el directorio del Banco Provincia y en el Tribunal de Cuentas. Y los candidatos radicales brillaron por su ausencia.

Cuentan que algunos sectores del centenario partido se quedaron rumiendo bronca por el desplante. El caso es que existieron negociaciones reservadas para llevar a un radical al directorio del Banco Provincia, pero la intentona fracasó.

Producto de los acuerdos políticos para la votación del Presupuesto, el gobierno de Vidal otorgó dos espacios en el directorio del Bapro al Frente Renovador de Sergio Massa. Uno, en rigor, fue para reemplazar a Daniel Arroyo que había asumido como diputado nacional en diciembre de 2017, que recayó en Sebastián Galmarini. La otra butaca seguirá ocupada por el ex intendente de Junín, Mario Meoni.

El peronismo dialoguista se llevó un espacio producto de su buena sintonía con la Gobernadora. El elegido fue Humberto Vivaldo, vinculado al intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares. De hecho, es todavía secretario de Hacienda del municipio.

Hasta el kirchnerismo se alzó con lo suyo. Por primera vez este sector intervino en las negociaciones por el Presupuesto. Pactó votar en contra pero sin estridencias. Y hasta permitió que los intendentes del PJ dialoguista pudieran acompañar el endeudamiento que necesitaba Vidal. Se llevó como premio la designación en el directorio del Bapro de la ex diputada nacional Juliana Di Tulio, que había logrado una inserción intermedia en la estructura de poder bonaerense a través de un cargo en la Defensoría del Pueblo.

El último pliego votado para el Banco Provincia fue el de Diego Rodrigo. Es un ex legislador provincial de origen radical que desde hace años ocupa un lugar en el directorio de la entidad crediticia.

Pero el caso es que Rodrigo no era el nombre que impulsaban varios sectores del centenario partido. “Diego fue puesto por la estructura de Cambiemos, no por la UCR”, se quejan por lo bajo los radicales.

Esa continuidad le costó la llegada al Bapro a un dirigente que era empujado por parte de la estructura partidaria. Según las fuentes consultadas por este diario, el nombre elegido era el del diputado provincial Jorge Silvestre.

En el caso de las vocalías en el Tribunal de Cuentas, los radicales tampoco se quedaron con cargos. El PRO puso a Ariel Héctor Pietronave, un hombre que responde al intendente de Lanús, Néstor Grindetti. Fue además subsecretario de Economía en ese municipio.

El macrismo puro logró también la designación de Gustavo Diez, un reconocido docente universitario, contador, egresado de la Universidad de Buenos Aires y miembro Activo de la Asociación Argentina de Estudios Fiscales.

El peronismo dialoguista colocó a Juan Pablo Peredo, quien responde al intendente peronista de Lomas de Zamora y fue director de relaciones exteriores de Codere.

En tanto, el massismo puso a Daniel Chillo, ex contador de Tigre.

Los radicales se quedaron afuera en el organismo que presidente Eduardo Grinberg, un funcionario que alguna vez llegó por el radicalismo pero que ya no tiene vinculación con el partido.

 

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