Distintas generaciones mantienen viva la tradición del candombe en Tolosa

Tras el crimen de un menor que sacudió al barrio suspendieron una llamada de tambores y pintaron un mural en 530 y 116

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La restauración de un mural que refleja el arribo de los africanos a América y una idiosincracia que se amalgamó en el transcurso de la historia a la cultura americana fue parte de una movida cultural que se desarrolló ayer en el marco de la octava llamada “Tolosa Barrio del Tambor”.

El encuentro tuvo lugar en la calle 530 y 116 y culminó en la plaza Nuestra Señora del Carmen, aunque sin el característico atronador batir de los tambores que este año se silenció en señal de duelo por un caso de violencia doméstica que terminó con la muerte de un niño del barrio.

Mientras encaraba la restauración del imponente que marca distintas etapas de los negros en América, Laureano Arau, coordinador de la Comparsa local Eribó Candombe, contó que el nombre de su grupo alude al tambor característico de una etnia africana. En esa formación hay unos 50 integrantes.

“Pintamos los murales en el 2013, muestran la llegada de los buques negreros a América, el tráfico de esclavos, su trabajo rural, el sincretismo con la iglesia católica, una madre, las salas de nación en las que se podían expresar y reunirse, la imagen de San Baltasar y la formación de las comparsas”, señaló Laureano que, al igual que los tambores, parece templado por ese fuego del conocimiento que es fruto de largas charlas con lugareños de los tres barrios uruguayos que son cuna de las llamadas: Sur, Palermo y Cordón.

El mural fue el primero de esas características que se pintó en esa popular barriada y un buen número de miembros de la comparsa se acercaron hasta allí para sumar su aporte, compartir un asado y al atardecer desfilar hacia la plaza, un escenario en el que cada sábado tocan los tambores.

Si bien siempre se convocan a comparsas de Montevideo, en esta oportunidad se suspendió la llamada en señal de duelo por la muerte de Ciro, el nene de Tolosa asesinado por su padrastro hace menos de un mes. De todas maneras se esperaba la presencia del grupo “Maderas del Río de la Plata”.

Se destacó que ese espacio de encuentro es también un sitio en el que se reflexiona sobre la identidad, la conexión y el goce.

“Los tambores permiten una fiesta comunitaria en la calle y el vecino forma parte de la expresión, nos interesa incluirlo desde el respeto, sin molestar a nadie”, agregó Laureano.

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