“Lo sufrí, nadie hablaba de abusos eclesiásticos”

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La de Sebastián Cuattromo también es una historia de abusos. En su caso, los ataques los recibió cuando tenía 13 años y estudiaba en el religioso Colegio Marianista de Caballito, mientras cursaba el séptimo grado.

Hoy, a muchos años de aquel calvario, Sebastián puede contar que “mi verdugo fue el hermano Fernando Enrique Picciochi, cuando nadie hablaba de abusos eclesiásticos, y por suerte lo pude llevar a la Justicia, aunque recién en 2007 tuve la satisfacción de que fuera detenido, después de haber permanecido prófugo durante años”.

“En aquel momento -recuerda- ni siquiera pude compartirlo con mi familia, de la que también sufría violencia física y psicológica. Fueron más de 10 años de silencio, escondiendo lo que había hecho conmigo y con otros compañeros de colegio. Pero de todos, fuimos dos los que lo denunciamos. El juicio oral fue en 2012 y fue condenado a 12 años de prisión, aunque sólo estuvo preso durante 9 años”.

“Con el tiempo fui descubriendo que hay miles de casos, y para todas esas víctimas es que creamos la Asociación Civil sin fines de lucro “Adultxs por los Derechos de la Infancia”, en la que nos acompañan víctimas de todo el país, desde Formosa hasta el Calafate”.

 

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