Testigos complican la situación de los dos acusados de balear a una embarazada
Edición Impresa | 16 de Febrero de 2018 | 03:21

Dos testigos complicaron ayer la situación procesal de los dos imputados por el caso de Mery Vidal Borda (35), la mujer embarazada que fue baleada, en 2013, en un comercio de Berisso y perdió a la beba de 6 meses que gestaba.
Un vecino de la verdulería de calle 21 entre 167 y 168, donde la mujer fue atacada, contó lo ocurrido ese día.
El hombre dijo que vio entrar a un chico, que sacó un arma, comenzó a gritar y luego disparó contra la mujer.
También declaró que en la puerta había un cómplice que esperaba en una moto.
Otro aporte clave fue el de un testigo de identidad reservada, que pidió protección al Tribunal, luego de declarar que el imputado Nahuel Víctor Jesús Caliva (25) le mandó un mensaje al celular pidiéndole ayuda porque se “había mandado una cagada”.
El testigo reveló que se asustó, al ver que por TV daban el caso de la mujer embarazada que fue baleada en Berisso.
Reveló que, a instancias de la Policía, se citó con Caliva y le pidió detalles de lo que había hecho.
“El me dijo que había ido a asaltar con Fabián (supuestamente el otro acusado, Monzón) y se le escapó el tiro”, aseguró.
Además recordó que Caliva fumaba Philip Morris, dato que coincide con una prueba clave de la causa: en la escena del crimen se halló una colilla de esa marca con ADN del acusado.
Ayer también declaró un hermano del imputado Caliva, quien recordó que la noche del hecho “Nahuel fue a casa con Fabián”.
Como se recordará, anteayer la víctima de este caso recordó que el asaltante entró en su verdulería de calle 21 entre 167 y 168, le pidió el dinero de la caja, ella se lo dio, y luego de apurarla para que le entregara las monedas, le disparó directo a la panza.
“Enseguida me agarró mi esposo, llegaron los vecinos y me llevaron al hospital. Cuando me desperté en terapia intensiva me dijeron que mi beba había muerto. Le íbamos a poner Sofía”, aseguró.
La mujer dijo que a más de cuatro años de lo ocurrido sigue asustada y que por eso sale poco a la calle. También señaló que perdió las ganas de trabajar y que se dedica sólo a cuidar a sus dos hijos, una nena de 7 y un nene de 14.
Mery recordó que ese día vio una moto que arrancaba, en la que se fue el asesino con su cómplice.
Además destacó que por entonces en el barrio se habían producido otros robos porque había poco patrullaje, como si se tratara de “una zona liberada a los delincuentes”, que vivían a muy pocas cuadras de allí.
Otro que declaró en la primera audiencia fue el marido de Meri, Wilder Alvarez Gutiérrez. Dijo que “estos asesinos terminaron con el deseo que teníamos con mi mujer de criar tres hijos. Ella ahora no quiere, sigue asustada. Piensa todo el tiempo que la van a asaltar”.
Wilder coincidió con Meri con respecto a que en el barrio había una especie de zona liberada, que se habían producido otros robos.
El juicio oral, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata -integrado por los jueces Emir Caputo Tártara, Claudia Marengo y Hernán Decastelli- seguirá el lunes con el relato de más testigos.
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