Una política forestal fundada en la motosierra

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Siempre menos. La política municipal en materia de forestación tiene resultados tan evidentes como decepcionantes para quienes conocen los ricos antecedentes platenses como ejemplo de planificación ambiental para una mejor calidad de vida.

Desde hace varios lustros, las podas desmesuradas y las extracciones, clandestinas u oficiales, superan a las plantaciones y al cuidado de los retoños. Se mata lo sano, y se desatiende lo enfermo. No se aplican los criterios que marcan las ordenanzas vigentes, ni se sanciona a quienes agreden al arbolado.

Esta prolongada y paulatina decadencia subió un cambio en tiempos recientes. Intervenciones criticadas de manera casi unánime por ingenieros forestales, urbanistas y ambientalistas, realizadas por personal sin capacitación ni dirección idónea, dejaron sin sombra avenidas troncales y barrios enteros. Si un sendero se topa con un árbol, se tala el árbol en vez de torcer el sendero.

Alguna vez adelantada a su tiempo, merced a la mentalidad progresista en el plano ecológico de sus dirigentes de antaño, al compás de la desaparición de sus árboles la Ciudad ya empieza a atrasar.

 

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