La increíble historia de los casi 400 kilos de cocaína escondidos en la embajada rusa en Argentina

Los encontraron en diciembre de 2016, en 16 valijas que iban a traficar como carga diplomático. Cambiaron la droga por harina y las vigilaron 16 meses. Hay 5 detenidos, entre ellos un policía

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El plan parecía perfecto: traficar casi 400 kilos de cocaína valuados en más de 50 millones de euros, en valijas diplomáticas a través de la embajada rusa en Buenos Aires. Pero un empleado las descubrió, avisó al embajador y éste hizo la denuncia. Después de 16 meses de una investigación que no tuvo filtraciones, los gobiernos argentino y ruso desbarataron a la banda, en un operativo que dejó a cinco personas detenidas y un prófugo. Entre los arrestados hay un policía de la ciudad de Buenos Aires de origen ruso. El prófugo, que estaría refugiado en Alemania, aparece mencionado en la causa con el cinematográfico apodo de “Señor K”.

En rigor de verdad, toda la historia parece de película y arrancó el 13 de diciembre de 2016, a raíz de informaciones aportadas por un empleado de la embajada rusa en Argentina, situada en la calle Posadas al 1600, en el barrio porteño de Recoleta.

El embajador Viktor Koronelli, que ocupa ese puesto desde 2011, denunció entonces la existencia de 16 valijas con un contenido sospechoso en una dependencia educativa dependiente y anexa al edificio diplomático, por lo que el ministerio de Seguridad nacional dispuso que efectivos de Gendarmería Nacional las revisaran: tenían 360 paquetes con cocaína por un peso total de 389 kilos.

La ministra Patricia Bullrich estimó ayer que la carga está valuada en 50 millones de euros y no descartó que la droga fuera a ser vendida en el próximo mundial de fútbol en Rusia, lo que subiría exponencialmente el precio en el mercado.

El policía argentino apresado es Iván Blizniouk (35), quien hizo parte de su carrera en la Prefectura Naval (PNA), ingresó en la fuerza de la Ciudad en 2013 y actualmente se dedicaba a dar capacitaciones para aspirantes a la Policía.

Acusado de participar en la logística del tráfico, fue capturado antenoche en el aeropuerto de Ezeiza cuando arribó al país procedente de Rusia, adonde viajaba asiduamente ya que oficiaba de enlace con las fuerzas de ese país, según detalló el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo.

Después de que Koronelli alertó del hallazgo de las valijas, había que devolverlas “antes de las seis de la mañana, cuando entraba el personal de ordenanza al anexo, así que se decidió hacer una operación de sustitución de la droga”, comentó la ministra.

Personal de Gendarmería “fue a comprar harina al Mercado Central”, relató, y agregó que en el transcurso de la noche “se prepararon los paquetes, exactamente iguales, y se colocó en cada valija un dispositivo de seguimiento” para monitorear el equipaje desde una sede de la GNA.

“Argentina ya tenía el decomiso de la sustancia, la Gendarmería había logrado realizar exitosamente la operación, y comenzó entonces una tarea de investigación en espejo”, dijo Bullrich, en referencia a las tareas mancomunadas con la Policía y el ministerio del Interior rusos. Los investigadores, comandados por el juez federal Julián Ercolini, el fiscal federal Eduardo Taiano y el titular de la Procunar, Diego Iglesias, dispusieron una entrega vigilada para llegar a los líderes de la organización narcocriminal.

Se armó un equipo de trabajo con la Embajada de Rusia, el ministerio del Interior y el Servicio Federal de la Policía de ese país, “para analizar cómo intentarían sacar el cargamento del país”, detalló Bullrich. Según trascendió, la banda procuró varias veces enviar las valijas, pero todos los intentos fueron frustrados. Por fin, el 9 de diciembre último el falso cargamento partió como equipaje diplomático a bordo de un avión del Servicio de Seguridad ruso.

Una vez arribado a Moscú fueron detenidas allí tres personas, entre ellas Ali Abyanob, funcionario de la embajada rusa en Argentina. Se sospecha que fue quien permitió el ingreso de la cocaína a la sede.

 

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