Le dicen de todo menos lindo: extravagante, maniático y envidioso

Una biografía no autorizada del Príncipe Carlos de Inglaterra que se publicó ayer no lo deja para nada bien parado

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Una biografía no autorizada del príncipe Carlos de Inglaterra que salió a la venta ayer, no lo deja precisamente lo que se llama bien parado. Entre otras cosas, el autor del trabajo lo trata de extravagante, maniático, envidioso y “aficionado al lujo”.

El libro se llama “Rebel Prince: The Power, Passion and Defiance of Prince Charles” (”Príncipe rebelde: el poder, la pasión y la rebeldía del príncipe Carlos”), y fue escrito por el periodista Tom Bower.

Allí, se relatan las extravagancias del primogénito de la reina Isabel II, así como la mala relación de ésta con la duquesa de Cornualles, Camila Parker Bowles, antes de que contrajera matrimonio con su hijo.

En la biografía no autorizada, de la que medios británicos dieron detalles aún antes de que el libro saliera a la venta, Bower relata varias de las extravagancias y excesos del heredero a la corona británica, entre ellas que una vez viajó de visita a casa de unos amigos acompañado de un camión de mudanzas llevando algunas de sus pertenencias.

“El camión contenía las habitaciones de Carlos y su mujer Camila, incluyendo la cama ortopédica del príncipe, junto con su propia ropa de cama, una pequeña radio, el asiento del inodoro, rollos de papel higiénico Kleenex Premium Comfort, whisky Laphroaig y agua embotellada, además de dos cuadros de las Tierras Altas de Escocia”, contó el biógrafo de Carlos.

La biografía hace un retrato del príncipe Carlos, de 69 años, al que describe como una persona “maniática”, “envidiosa” y “aficionada al lujo”.

Según Bower, Carlos no mantiene una buena relación con su hijo mayor, el duque de Cambridge, que se vio perjudicada por la llegada de Kate Middleton a su vida. Según dice Bowe, Carlos le endilga que el público los ignora a él y a Camila en favor de la nueva pareja, que contrajo matrimonio el 29 de abril de 2011.

EL RECUERDO DE LADY DI

En la obra, también se describe la relación de Carlos con la princesa Diana, y sostiene que en la actualidad, el príncipe Carlos piensa que “Diana de Gales envenenó las mentes de los niños Guillermo y Enrique, quienes tuvieron que lidiar con una avalancha continua de revelaciones públicas sobre las relaciones adúlteras de sus padres, especialmente tras la muerte de Lady Di, ocurrida en 1997.

La publicación desvela asimismo que la reina Isabel II se negaba en rotundo a aprobar la relación de su hijo con Camila, a la que llegó a calificar como una “mujer malvada y astuta amante”.

“Cuando Carlos le pidió que no prohibiera su relación, la reina respondió enérgicamente que no toleraría jamás su adulterio, ni perdonaría a Camila por ser su amante y no permitir que su matrimonio con Diana se recuperase”, sostiene el libro.

“No quiero tener nada que ver con ella”, cuenta Bower que le llegó a espetar a su hijo sobre su entonces novia para, finalmente, aceptar el matrimonio, que se produjo el 8 de abril de 2005.

LA FIESTA DEL príncipe

Mientras todas estas intrigas palaciegas salen a la luz, se viene en la realeza británica la boda entre el príncipe Enrique, hijo de Carlos y nieto de la reina Isabel II de Inglaterra, y su prometida Meghan Mark. Y a esta altura, las primeras invitaciones ya fueron enviadas a cerca de 600 personas, según anunció ayer el Palacio de Kensington.

El enlace, que se celebrará el próximo 19 de mayo, contará con 2.640 invitados, de los que 1.200 serán ciudadanos comunes de todos los rincones del Reino Unido, y de las otras 1.440 personas que se darán cita en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, 200 provendrán de organizaciones benéficas, cerca de 100 de escuelas locales, 610 serán miembros de la comunidad del castillo de Windsor, y 530 llegarán de distintas casas reales.

 

 

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