Lula, en su celda y sin privilegios

San Pablo

Alba Santandreu

(EFE)

Luiz Inácio Lula da Silva sólo ha tenido contacto en prisión con sus carceleros y sus abogados, y no alcanza a escuchar los gritos de apoyo del campamento “Lula libre”, instalado a unos cientos de metros de la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde el expresidente cumple una pena de 12 años por corrupción.

Desde que ingresó en prisión, ha dedicado su tiempo a la lectura y ha aprovechado para festejar la victoria de su equipo, el Corinthians, que el domingo ganó el Campeonato Paulista.

Lula no tendrá privilegios durante sus visitas, según determinó el juez Sergio Moro, pero su celda es diferente a la del resto tiene 15 metros cuadrados, un baño privado con ducha y agua caliente y una televisión. Cuenta con una mesa y sillas y una ventana interior. Es “especial”, con un ambiente “agradable” y “humanizada”, según explicó el jefe del equipo de custodia y escolta de la Policía Federal de Curitiba.

Situada en el cuarto piso del recinto, se trata de una especie de “sala de Estado Mayor”, separada de los otros 20 presos custodiados por la Policía Federal de Curitiba, entre ellos su exministro Antonio Palocci y el expresidente de la constructora OAS Leo Pinheiro.

En sus días de prisión, Lula, quien no viste traje de presidiario, se mantuvo recluido, sin salir al patio, y sólo recibió la visita de sus abogados Valeska Teixeira Martins y Cristiano Zanin Martins.

Lula no contará con “privilegios” en el régimen de visitas y sus familiares sólo podrán conversar con él los miércoles de 10 a 19.

El expresidente dedicó la mayor parte de su tiempo a la lectura de “A Elite do atraso”, del sociólogo Jessé Souza, que critica la operación Lava Jato y atribuye sus orígenes al racismo y la desigualdad social en el país. El líder del Partido de los Trabajadores acumulada otros seis procesos judiciales.

A menos de 200 metros de su celda, cientos de incondicionales venidos de diferentes partes de Brasil hacen guardia en el campamento “Lula Libre” con la intención de permanecer allí hasta que vean “con sus propios ojos” la excarcelación del expresidente.