Amores tangos: una fiesta de ritmos rioplatenses como “un acto de rebeldía”

La banda que fusiona sonidos tangueros con jazz, música de Brasil y de los Balcanes llega el viernes a la sala de 43 entre 7 y 8

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“Sienta lo que sintió Mick Jagger”, se leía en la pantalla de un reconocido canal noticioso y popular de la tevé nacional, cuando Amores tangos brindó un concierto en vivo luego de presentarse en una velada íntima para los Stones en su última visita al país. Fue el mundo del revés, con Mick arengando a la banda y filmándolos, pero apenas uno de los puntos altos de una banda que lleva mil giras internacionales, diez años y tres discos de carrera, todo desde la autogestión.

Ahora, la banda integrado por José Teixidó en guitarra y dirección, Nicolás Perrone en bandoneón, Juan Tarsia en piano, Sebastián Noya en contrabajo y Augusto Argañaraz en batería y la participación especial del Negro Falótico cómo cantante, volverá a la Ciudad el viernes para mostrar su tercer disco, “Fronterabierta”, el año pasado.

La cita es a las 21 en la sala de 43 entre 7 y 8 donde mostrarán, con Jorge Vázquez como invitado, su festiva fusión de tango, jazz, música balcánica y rioplatense, improvisación y juego sobre escena. “Todo tocado, no es una fusión hecha con máquinas”, dice Perrone, de paseo por la redacción de EL DÍA junto a Teixidó. Ambos remarcan lo orgánico del juego de mezclas que proponen (“no queremos hacer un tema de Michael Jackson y generar más views...”), que en su tercer trabajo abre las fronteras hacia Latinoamérica. “En este trabajo aparecen ritmos de Brasil”, explica Teixidó sobre un disco que ya desde el nombre propone apertura “en un tiempo donde se cierran fronteras a lo loco”.

“Es más inclusivo de otros géneros porque nos dejamos abordar por esas ganas como músicos de tocar esos estilos: y cuando los tocás te das cuenta que son primos hermanos...”, agrega Perrone.

El convencimiento de que “lo lindo de tener una banda es que uno se saca las ganas de tocar lo que quiere” conduce el deseo de la agrupación que arriba del escenario no propone la tradicional melancolía tanguera sino una fiesta colectiva, que incluye los juegos en escena entre los músicos y el baile del público.

Amores tangos es parte de un grupo de orquestas y bandas que han renovado al tango en los últimos años, un género durante mucho tiempo estancado en la tradición, donde parecía sacrilegio salirse de los clásicos, y que de repente ha estallado en variadas expresiones desde la electrónica hasta la fusión con otros sonidos rioplatenses.

“Es importante que haya bandas de tango con distintas estéticas, con composiciones propias, que se autogestionen. Es fundamental, es lo que hace crecer el género”, afirma al respecto Teixidó.

Esta nueva camada de músicos tangueros ha revitalizado y recuperado con sus fusiones el género tanguero para una juventud que parecía volcarse con devoción a las expresiones musicales globales y olvidarse de los sonidos de estas tierras. “La misma diversidad musical logró que haya diversidad de público”, dice Perrone, y cuenta que en el público de amores tangos hay gente de 15 años, y de 70. “Es bueno que los jóvenes puedan bailar tango y los grandes escuchar una cumbia”, se ríe.

Y Teixidó suma: “Terminamos encontrando la gente arriba y abajo del escenario que comulga con esa idea, que comparte esa falta de prejuicio: pueden ser 80 u 800, pero se vive un clima festivo”. “Si lo estamos pasando todos bien, hay algo correcto en este camino”, afirma Perrone, y el cierre es de Teixidó, que recuerda el comentario de una señora de Banfield, quien tras bailar todo y cantar todo les dijo: “En estos tiempos de tristeza, juntarse a festejar, sea por lo que sea, está bueno”. “A nosotros nos pasa lo mismo: ahora que está más difícil conseguir público, estamos tocando más. Es un acto de rebeldía”.

 

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