Como en un cuento de hadas, Harry y Meghan dieron el sí ante una multitud

El príncipe e hijo menor de Lady Di y la actriz estadounidense se casaron en la legendaria capilla de Windsor y luego desfilaron por las calles escoltados por más de 100 mil personas. Los detalles del festejo

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El príncipe Harry, sexto en la línea de sucesión de la corona británica, se casó ayer pasadas las 12,30 (8,30 en Argentina) con la actriz estadounidense Meghan Markle en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, en cuyos alrededores se apostaron decenas de miles de personas que siguieron la ceremonia por pantallas gigantes.

La novia, de 36 años, caminó al altar de la mano del príncipe Carlos, heredero al trono y padre de Harry y William, tras haber llegado a bordo de un Rolls Royce Phantom IV junto a su madre, Doria Ragland, afroamericana y profesora de yoga en Los Ángeles, desde un lujoso hotel donde ambas pasaron la noche.

La boda fue oficiada por el reverendo David Conner, decano de Windsor, aunque antes brindó un encendido y desacartonado discurso el obispo afroamericano Michael Bruce Curry, de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, que habló de la pareja y el “poder del amor”.

Tras las palabras de Curry, que despertaron risas entre la gente que seguía el evento fuera del castillo, el coro de gospel The Kingdom Choir interpretó una versión del clásico “Stand by me”, que en 1961cantó por primera vez el norteamericano Benjamin E. King.

Luego, la pareja dio el “sí” frente al altar, intercambiaron sonrisas y los anillos y Conner los proclamó marido y mujer. “Lo que ha unido dios nadie podrá separarlo”, cerró el reverendo en la Capilla de San Jorge ante unos 600 invitados, entre miembros de la realeza y amigos de los novios como Victoria y David Beckham y el actor estadounidense George Clooney y su esposa Amal Alamuddin, el músico Elton John y su pareja, además de 200 representantes de organizaciones benéficas.

La actriz, que estuvo casada entre 2011 y 2013 con el productor Trevor Engelson, de quien se divorció, no prometió “obediencia” a su futuro marido, tal como ya lo habían hecho su cuñada, Kate Middleton, duquesa de Cambridge, y Lady Di.

LA CEREMONIA

La joven, que antes de su noviazgo con Harry expresó posiciones políticas contra el Brexit y críticas a Donald Trump, a quien calificó como “misógino”, ingresó a la capilla junto a diez niños que ejercían de pajes y damas de honor, entre ellos el príncipe Jorge, de 4 años, y la princesa Carlota, de 3, ambos hijos de William y Kate.

Afuera, miles de personas presenciaron la ceremonia en un silencio sepulcral, sentados en el pasto en un día inusualmente soleado y apostados a lo largo de la avenida The Long Walk, que recorre unos 4 kilómetros y finaliza en las puertas del Castillo de Windsor.

Tras la ceremonia, la pareja subió a un carruaje y durante casi media hora paseó por la calle principal, recibiendo los saludos de los visitantes a la pequeña localidad de Windsor, a 34 kilómetros de Londres, donde viven unas 30 mil personas.

El arribo de la actriz que trabajó en la serie “Suits” a la realeza traerá un poco de respiro a un Reino Unido marcado por la diversidad racial, pero también por los prejuicios. De hecho, Harry, el más rebelde de los hijos de Lady Di, acusó a los medios británicos de tener “una actitud de acoso y abuso racista” hacia su novia tras haber formalizado el noviazgo.

Claire English, que llegó de Londres para participar del evento, destacó “la inteligencia” de Meghan. “Tiene opinión, cuidó su carrera, tiene un matrimonio anterior. Parece que será difícil para jugar el juego de la realeza, pero el tiempo dirá”, aseguró.

 

 

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