Médicos del hospital Alejandro Korn describen un panorama desolador
Edición Impresa | 8 de Mayo de 2018 | 04:03

Nicolás Maldonado
nmaldonado@eldia.com
Un relevamiento hecho por el ministerio de Salud a principios de 2016 concluía que el deterioro del hospital Alejandro Korn era tan avanzado que lo más conveniente era demolerlo y construir otro en su lugar. La recomendación nunca se materializó ni se realizaron tampoco arreglos sustanciales en él. Dos años más tarde, luego de que relatores de Naciones Unidas denunciaran que su situación resulta “incompatible con la dignidad humana” y el Centro de Estudios Legales y Sociales pidiera a la Justicia que no se admitan más pacientes allí, profesionales del establecimiento coincidieron ayer en describir un panorama desolador.
“Que el hospital es inhabitable no es ninguna novedad: lo venimos denunciado desde hace años sin que nadie nos escuche. Y la situación, lejos de mejorar, es cada vez peor”, afirma Laura Constanzo, delegada de la Asociación de Profesionales de la Salud (CICOP) en el Alejandro Korn. Aunque afirma que el deterioro del neuropsiquiátrico es general, cuenta que el área más comprometida es el Pabellón de Pacientes Agudos, el mismo edificio donde hace unos días, tras la tormenta de granizo que azotó la región, 49 internas debieron ser evacuadas por las filtraciones de agua y 24 pacientes varones quedaron allí soportando el agua a falta de un lugar a donde se los pudiera llevar.
“Por el estado deplorable en que se encuentra ese pabellón -donde funcionan también los consultorios externos y la guardia de Salud Mental- hoy está directamente para demoler. Cada vez que llueve se inunda, no sólo porque entra agua por los techos sino además porque rebalsan las cámaras desde el piso. Además la mitad de los baños están clausurados y el resto se encuentra en un estado de falta de higiene difícil de describir”, detalla la representante de la CICOP.
Para completar el panorama, el sistema eléctrico del pabellón lo deja constantemente sin luz. Porque “si bien hace un tiempo cambiaron el tablero porque se prendía fuego cada vez que se llovía -cuenta Constanzo- el resto de la instalación es tan vieja que seguimos teniendo serios problemas con la electricidad”.
No menos crítica sería la situación del Servicio de Atención de pacientes en Crisis (CAP). Luego de que en 2014 la Justicia ordenara la clausura de sus instalaciones, este servicio fue trasladado a otro sector del hospital donde se habilitaron seis camas. Aunque su capacidad no aumentó, en él “tenemos hoy 26 personas internadas: la mayoría duerme con colchones en el piso en un hacinamiento espantoso porque no hay otro lugar a donde se las pueda alojar”.
“No le deseo a nadie estar internado acá, pero la verdad es que si se cierran las internaciones, como pide el CELS, la población no va a tener ningún otro lugar a donde recurrir ante una crisis de salud mental. Más que cerrar -sostiene Constanzo-, lo que necesita nuestro hospital para mejorar las condiciones de vida de los pacientes es inversión y planificación, algo que nadie ha hecho hasta hoy”.
La mayoría está en un hacinamiento espantoso porque no hay otro lugar para alojarlos
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