La ética del interés propio es la que rige al volante en la Ciudad
Edición Impresa | 10 de Junio de 2018 | 02:51

Primero yo, segundo yo, y tercero yo. Ese parecería ser el impulso motor que lleva a algunos automovilistas de esta Ciudad a dejar el coche en doble fila, en medio de un tránsito de por si alterado, en horas del mayor movimiento vial, sin la empatía de poder ponerse en el lugar de los otros conductores y olvidando que al cometer la falta le complica el manejo a cada una de las personas que pasa por el lugar en ese momento. El estacionamiento indebido es en La Plata más un hábito que una contravención. Curiosamente, aunque una buena parte del caos en el tránsito se debe a esas conductas y nada le vendría mejor a las autoridades comunales que se las valore por mantener el orden en la vía pública, desde hace años poco y nada se ha hecho para erradicar la infracción. Ni la ley de tránsito (que exige castigos a quienes la incumplen) ni los controles espasmódicos que se realizan alcanzan para terminar con este mal endémico platense.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE