Con un discurso contra el aborto, Aguer se despidió de los fieles en el Corpus Christi
Edición Impresa | 3 de Junio de 2018 | 03:24

Héctor Aguer encabezó ayer, por última vez como arzobispo platense, la procesión de Corpus Christi. A fines del mes pasado, al llegar al límite de los 75 años, decidió renunciar. Y el Papa Francisco designó en su lugar a Víctor Fernández (ver nota en página 18).
Dueño de un alto perfil y protagonista de varias controversias por sus posturas, el religioso dejó su impronta en la Iglesia platense, la cual encabezó durante 18 años.
En su “despedida”, el arzobispo emérito de la Ciudad dedicó gran parte de su homilía a condenar al aborto, en momentos en que la sociedad argentina se encuentra debatiendo su legalización en diferentes ámbitos y, en particular, en el Congreso de la Nación.
En la víspera, Héctor Aguer presidió misa y luego, como se indicó, la procesión de Corpus Christi.
Concelebraron, junto con el ahora ex arzobispo, los obispos auxiliares de La Plata, Nicolás Baisi y Alberto Bochatey, y la gran mayoría de los sacerdotes del clero secular y religioso destinados en la Arquidiócesis. También asistió el arzobispo Crisóstomo, de la Iglesia Siriana Ortodoxa, quien tuvo palabras de gratitud hacia Aguer por “su labor pastoral” y por “su cercanía de hermano”.
Los fieles comenzaron a llegar a la Catedral desde bien temprano. Participaron religiosas de las distintas congregaciones, colegios, parroquias, asociaciones y movimientos. “Fue notable la concurrencia de fieles de las zonas más periféricas, como así también de gran cantidad de familias”, destacaron en el entorno de Aguer.
La procesión cubrió once cuadras: desde 53 hasta 18 y, por esa calle, hasta 51 para regresar a la Catedral. A lo largo de la misma se realizaron diversas oraciones y se entonaron clásicos cantos eucarísticos como “Dios de los corazones”, “Alabado sea el Santísimo” y “Te adoramos Hostia divina”. Asimismo se hicieron reflexiones “sobre el valor sagrado de la vida humana frente al proyecto gubernamental para despenalizar el aborto”.
HOMILÍA Y ABORTO
Promediando la homilía, Aguer se dirigió a los diputados y senadores de la Nación. “Tomen nota (los legisladores) que se aprestan a legalizar el crimen abominable”, disparó, y aclaró: “No lo llamo yo así, lo hace el Concilio Vaticano II en el párrafo 51 de la Constitución Pastoral Gaudium et spes”.
Prosiguió. “Se escandalizaron en el Congreso durante el pseudo debate que acaba de concluir cuando un médico presentó un video en el que aparece la realidad sangrienta del aborto: el niño por nacer, porque es eso un embrión de 14 semanas, arrancado a pedacitos del nido en el que debía crecer para ser arrojado en un tacho de residuos biológicos”, relató.
“La operación podrá ser realizada en condiciones asépticas, por cierto, ¿pero sobre quién, sobre qué cabezas recaerá la sangre mezclada del niño y de su madre?”, preguntó a los presentes, para opinar que “las almitas inocentes serán acogidas en la misericordia de Dios, ¿pero quién librará a una sociedad asesina de los pobres, de los más pobres e indefensos, quién la librará del clamor de la venganza inseparable de la sangre derramada?”, insistió. Y respondió. “No será, de seguro, el Fondo Monetario Internacional. En la carne y la sangre de la niña violada, embarazada sin quererlo, y en la de la carne y la sangre de su hijito sacrificado, están unidos por una misteriosa fraternidad la carne y la sangre de Cristo”, reflexionó.
Aguer fue más allá. “Caín, Herodes, Pilatos y todos los verdugos, pueden atarse al cuello un pañuelo verde. El precio del crimen abominable le será cobrado al mundo el día del juicio, y a la sociedad argentina mucho antes”, aseguró.
LA IZQUIERDA
El ex arzobispo sostuvo que “el paso que algunos están empecinados en dar ya se está pagando, anticipadamente, en las actuales e irremediables desdichas. Llama la atención, para llorar, la adhesión de las izquierdas del arco político, que proclaman, creo que sinceramente, los derechos de los pobres, a la iniciativa típicamente burguesa de poder liquidar legalmente a los niños aún no paridos”.
“Es una iniciativa falazmente presentada como en favor de los pobres por los que no quieren que se reproduzcan los pobres, y lo hacen porque no saben, no pueden o no quieren, arrancarlos de su situación de pobreza. Vuelvo sobre mis palabras. Si yo digo que el aborto es un crimen abominable, se altera el cotarro de los ‘comunicadores’, y a mucha gente discreta que trabaja por la cultura del encuentro le parecerá una expresión exagerada, irrespetuosa y molesta. Pero lo dijo el Vaticano II, y nadie lo recuerda”, puntualizó.
Finalmente contó que “a la hora doce de Roma se publicó hoy (por ayer) la noticia de que (el Papa) aceptó la renuncia al cargo de arzobispo de La Plata que le presenté hace unos días, poco antes de cumplir 75 años, como lo ‘ruega’ el derecho canónico. Mi sucesor es monseñor Víctor Manuel Fernández, ex rector de la Universidad Católica Argentina, quien iniciará su ministerio como pastor de esta Iglesia particular dentro de pocos días”, remató.
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