Una noche sin descanso, con otros dos robos, más golpes y tres vehículos involucrados

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Con el robo consumado en 518 entre 5 bis y 7, los tres delincuentes decidieron que lo obtenido hasta ese momento no era suficiente.

El segundo blanco lo encontraron a pocas cuadras de allí, en 513 entre 10 y 10 bis.

El episodio fue relatado por el padre de la víctima a este diario.

Su hijo Mauro, de 30 años, había pasado a visitarlos junto a un amigo y dejó estacionado el auto -un Chevrolet Cobalt- sobre la vereda.

El accionar de los ladrones fue similar al anterior: lo rodearon entre todos y, a punta de pistola, le exigieron la entrega de dinero y las llaves.

“Fue un arrebato simple y rápido, como suele ser en estos casos”, dijo el hombre.

Con el temor de que ingresaran a la casa de sus padres, Mauro no ofreció resistencia.

Sin embargo, su amigo recibió un golpe en la cabeza que le provocó una herida sangrante y tuvo que ser atendido por una ambulancia, que lo derivó al hospital de Melchor Romero.

En tanto, para los malvivientes la noche no había terminado.

Con el Cobalt en su poder, continuaron con su raid delictivo.

Hasta que algunos minutos antes de las 23, en la zona de 25 y 33, se hicieron con otro auto con el mismo procedimiento.

Fuentes oficiales informaron que el Chevrolet fue hallado a la madrugada en 3 y 526. Del rodado restante no se tienen mayores precisiones.

 

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