Bronca con Pami por una ambulancia que no llegó
Edición Impresa | 26 de Julio de 2018 | 01:48

Carlos Pussinelli tiene 74 años y muchísima bronca. En diálogo con EL DIA hizo una fuerte denuncia contra Pami porque no pudo realizarse una serie de estudios muy importantes por la enfermedad que padece, a raíz de que una ambulancia que debía trasladarlo hasta un centro médico nunca llegó y lo dejó plantado.
A él, como a miles de abuelos de la Región, la Provincia o el país, le tocó sufrir en carne propia la burocracia estatal, que jugó en contra de su salud.
Por eso, junto a su mujer, Mirta Gaudio, contaron los detalles de esta historia que les produjo un gran sinsabor.
Pussinelli tenía que presentarse en una clínica de capital federal para realizarse una batería de estudios. Pero, después de acordar con la obra social para que una ambulancia lo pase a buscar y lo traslade hasta allí, se cansó de esperar porque nunca llegó.
“La ambulancia dijo que Pami no le pasó el informe, y Pami se lava las manos. Nadie se hace cargo”, dijo indignada Gaudio, quien explicó que su marido “es un paciente oncológico y tiene que hacerse estudios desde la cabeza a los pies en Buenos Aires”.
De acuerdo a lo que indica la orden de la obra médico asistencial de jubilados y pensionados que la mujer tiene en su poder, a su esposo debían pasarlo a buscar a las 11 de la mañana para llevarlo a la “clínica TSBA”, ubicada en Jerónimo Salveiro y Avenida Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires.
“Como tiene que ir con un ayuno de 6 horas, como no aparecía la ambulancia, recién almorzó a las 16”, afirmó Gaudio.
Indignada, según le manifestó a este diario, comenzó a llamar a Pami para tratar de solucionar la situación, a fin que su marido pudiese realizarse los chequeos médicos. “Llamaba y llamaba pero no me atendían”, confió. Y agregó: “Estamos desesperados porque levantaban el tubo y me cortaban. Es una vergüenza cómo se burlan de los jubilados y pensionados. Nos podemos morir que no ponen voluntad para atendernos”.
En la continuidad de la charla, los dos jubilados, que viven en la zona de 67 y 31, mencionaron que cobran el haber mínimo por incapacidad.
Al hombre, dijeron, ya le hicieron 69 sesiones de rayos a raíz de un cáncer de próstata y ahora estos estudios que debía realizarse estaban relacionados con su enfermedad, por lo que requieren una extrema rapidez.
“Nos están faltando el respeto”, dijo Pussinelli lleno de bronca por la situación angustiante que les toca atravesar. Ahora tendrá que buscar la manera de resolver esta situación y hacerse estos chequeos que son vitales para su salud.
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