Pichetto lejos de Cristina: “El PJ tendrá sus propios candidatos”

Por MARIANO SPEZZAPRIA

El hombre se enfrenta a un verdadero dilema político. Es el dirigente peronista que más abiertamente desafía a Cristina Kirchner y que trabaja en el armado de una opción electoral que, desde el vamos, excluye a La Cámpora porque no comparte su visión ideológica. Pero a la vez, Miguel Angel Pichetto es quien tiene en sus manos la decisión sobre los fueros parlamentarios de la senadora y ex presidenta, que bloquean una posible detención por requerimiento de la Justicia.

El influyente legislador, cuya infancia transcurrió en el Conurbano –se crió en la localidad de Banfield- y que estudió abogacía en la Universidad Nacional de La Plata antes de radicarse en Río Negro, es un firme defensor de la doctrina del Senado que preserva los fueros de sus integrantes mientras no haya una sentencia judicial firme. Eso es justamente lo que mantiene a Carlos Menem en la Cámara alta, ya que los fallos en su contra aún no fueron ratificados por la Corte Suprema.

Pichetto recibió a EL DIA en su despacho ubicado en el segundo piso del Senado nacional, desde donde tiene una vista privilegiada de la Plaza de los Dos Congresos. Allí, dejó en claro que el bloque a su cargo mantendrá su postura de “responsabilidad institucional” frente al Gobierno, pero advirtió que la administración de Mauricio Macri incurrió en “mala praxis” en la gestión de la economía. En ese punto, la equiparó con los gobiernos de Cristina.

¿Cómo caracterizaría la gestión económica del Gobierno?

Creo que hubo en el discurso de Cambiemos el componente del optimismo, de que en el futuro las cosas iban a ser mejor, algo que forma parte de la estructura de pensamiento que tiene el PRO, pero lo cierto es que en el proceso de gestión hubo mala praxis.

¿Y la herencia recibida?

Es verdad que encontraron un escenario de crisis estructural, pero no lo sinceraron debidamente. Había cepo, control de exportaciones, una economía de fuerte intervencionismo que inmovilizaba las potencialidades que tiene el capitalismo moderno. Todo eso provocó una crisis muy profunda pero no implosionó en el gobierno anterior, aunque los últimos cuatro años fueron de muy mala gestión económica, pésima.

¿Habla del segundo mandato de Cristina?

Sí, del período 2011-2015 y de la gestión Kicillof. Este gobierno no explicitó la magnitud de los problemas estructurales. Y lo que es más grave: aumentó las fragilidades del sistema. Fragilizó la recaudación, eliminó impuestos como el de la minería o el agro –con el que el Gobierno tiene una alianza importante-, permite que los granos en lugar de liquidarlos en 180 días se depositen esos recursos en el extranjero. En suma, tienen algunas ingenuidades que son complicadas.

¿El manejo compartimentado que generó incertidumbre económica fue superado?

No, más allá de la buena actitud del ministro Dujovne, de su buena predisposición para el diálogo, me parece que falta una mayor cohesión en la economía, una mayor centralidad. La forma en que se encara el ajuste tarifario es un ejemplo de ello.

¿Por qué?

Porque es casi demencial, ajustando a dólar, impactando a la gente humilde con tarifas de gas que serán demoledoras. Y creo que para fin de año el Gobierno va a tener que corregir ese esquema. Todo lo que votamos en el Presupuesto 2018 se cayó: la tasa de inflación era del 15% y va a ser del 30%, el dólar era de $19 y va a ser de $30, lo único que se mantuvo incólume fue la política tarifaria de Aranguren. La pregunta del millón es: ¿por qué lo echaron si hizo las cosas tan bien?

El Gobierno castigó duro a la oposición por la ley de tarifas...

La realidad la va a terminar castigando al Gobierno. Entiendo que el Presidente quiera dar señales al mercado, de que no cambia su rumbo, que mantiene su palabra, pero a veces la realidad requiere de mayor flexibilidad en la toma de decisión política.

¿Cómo analiza la incipiente discusión por el Presupuesto 2019?

A diferencia de otros presupuestos, éste solamente va a ser posible en la medida en que pueda haber un acuerdo federal entre la Nación y las Provincias, que establezca por dónde pasa el ajuste de recursos, si esto se hace con equilibrio, responsabilidad institucional y justicia, que no se haga en beneficio de las provincias del centro y en detrimento de las del norte o del sur patagónico.

¿Provincias del centro?

Me estoy refiriendo a la provincia de Buenos Aires, a la ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe y Córdoba, que de acuerdo a cómo ha quedado el sistema luego de la reforma constitucional de 1994, son las fundamentales para definir todo proceso electoral en la Argentina.

¿Usted emparenta el debate presupuestario con la elección de 2019?

Por supuesto que toda asignación de recursos también tiene que ver con finalidades electorales. Pongo un ejemplo: el gobierno en 2017 hizo un financiamiento de los sectores de la AUH con la tarjeta Argenta en la provincia de Buenos Aires. Una suma muy importante que sirvió para consolidar el triunfo de Cambiemos. No hay ingenuidades en la política presupuestaria.

Tampoco las habrá entonces en la postura del PJ en el Congreso...

El espacio que representamos aquí en el Senado, del PJ que se referencia en los gobernadores, tiene que ver con la gobernabilidad de las Provincias y en mantener con el Gobierno nacional una relación inteligente. Pero nuestro concepto de gobernabilidad es de ida y vuelta.

Será una discusión ardua

Claro. Es un tema amplio. Me pregunto: ¿Cuáles son las obras que van a continuar? Hay que analizar dónde se iniciaron más obras, cuál es la cantidad de recursos que van a esos distritos. Hay provincias que han recibido muy poco presupuesto en materia de obra pública. Eso tiene que ver con la toma de decisiones políticas.

Hablando de política, no todo el peronismo parlamentario parece dispuesto al diálogo...

No. Hay sectores que creen que el Gobierno es una dictadura, que viene para hacer represión interna. Creen que es mejor que todo vaya mal, que cuanto peor mejor. Aplican la lógica de que el Gobierno se tiene que ir. Y aparecen voces demenciales pidiendo el fusilamiento de Macri. Esa no ha sido nuestra actitud. Hablo del peronismo que expresa el centro nacional.

¿Hay espacio para ese peronismo?

Absolutamente, porque es la instancia superadora tanto del kirchnerismo como del macrismo. Las dos opciones han fracasado en términos de gestión económica y política. Esto se va a discutir en 2019. No es que somos la avenida del medio, sino los que podemos sustituir a dos modelos políticos y económicos que no le han mejorado la vida a los argentinos.

¿Podría explayar esa idea?

El kirchnerismo de Kicillof y de la Señora –no el primer gobierno de Kirchner, al que hay que rescatar- tuvo una política económica totalmente errónea. Y el Gobierno de Macri, más allá de sus intenciones, no detectó que el mundo empezó a cambiar dramáticamente. Ya no es el mundo del comercio global, de Obama, sino el de Trump, del Brexit y de Europa que cierra sus fronteras. Donde los países están integrados, pero al mismo tiempo cuidan sus intereses, sus empresas.

¿Al Gobierno le sirve que Cristina se mantenga en el escenario político?

Totalmente, son funcionales. Durán Barba es el Laclau de Cambiemos, la confrontación forma parte de su ejercicio de gobierno, igual que el kirchnerismo. El de ahora es un kirchnerismo blanco, pero hacen lo mismo. Y nosotros le vamos a construir una alternativa que plantee el eje de la unidad nacional.

¿Con qué dirigentes?

Dirigentes importantes, gobernadores como Urtubey, Uñac, Massa. Roberto Lavagna, que es una figura presidenciable también. Schiaretti, Bordet, Bertone, un conjunto de gobernadores que acompañan la tarea federal. De ahí saldrán las candidaturas, no tengo ninguna duda. El peronismo va a tener sus propios candidatos en 2019, el peronismo (repite con énfasis).

¿Y el kirchnerismo?

La Unidad Ciudadana va a tener sus candidatos por izquierda, que va a ser seguramente la Señora.

Se armó un lío importante cuando dijo que Cristina será candidata...

Lo que hice fue sincerar el escenario. A algunos no les gusta lo que digo, porque no les gusta la realidad: ese es el problema que tienen conmigo. Puse un manto de realismo a la política, porque la conozco a la ex presidenta: no va a trabajar para nadie que no sea ella y el grupo que la rodea no va a hacer otra cosa que acompañarla a ella, porque sin ella no existirían.

¿Y usted? ¿Se ubica en la grilla de posibles candidatos?

Estoy en el armado y por supuesto que si estoy en la política, tengo vocación. Pero también tengo realismo y se cuáles son mis límites. En su momento el espacio decidirá lo que resulte más positivo de cara al proceso electoral. Las candidaturas deberán recaer en quiénes sean más potentes para el escenario electoral. Pero la política requiere definiciones, expresar el pensamiento.

¿Por qué dice eso? ¿Están medio tibios los dirigentes?

No digo eso, lo que digo es que en política el silencio no es salud. No los descalifico, puede ser un repliegue táctico, pero yo tengo otra visión. Hay que reconciliarse con la sociedad. La tarea que tiene que hacer el peronismo es extraordinaria, desde una visión no autoritaria ni chavista, ni de expresiones de izquierda dura, ni tampoco con la violencia que el país vivió en tiempos anteriores.