Le detectan psicosis y llevan a Romero al detenido por el crimen de 29 entre 59 y 60

El peruano de 34 años todavía no declaró y será sometido a estudios sobre su salud mental. Los investigadores creen que pudo haber atacado a su vecina en un arranque de locura

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Juan José Tito Ojeda, el ciudadano peruano de 34 años detenido por el espeluznante ataque a puñaladas de Silvia Ricci (61), la vecina con quien compartía la medianera en la cuadra de 29 entre 59 y 60, fue trasladado a la Unidad Nº 34 de Melchor Romero con el objetivo de que allí se determine si presenta condiciones de salud mental como para afrontar el proceso de investigación del crimen y un proceso que conduciría a una eventual condena.

La decisión fue adoptada por el titular del Juzgado de Garantías Nº 4, Juan Pablo Masi, a cargo de la investigación del asesinato registrado en la tarde del sábado tras evaluar un informe de una especialista de la asesoría pericial de La Plata que detectó en el hombre “un episodio psicótico, caracterizado por ideas delirantes, fenómenos alucinatorios pensamiento incoherente y desorganizado, pérdida de contacto con la realidad y severa afectación de su juicio crítico”. El informe llegó en horas en las que el fiscal de la causa, Juan Menucci (UFI Nº 5) también aguardaba un informe tras requerir un traslado del hombre arrestado al Hospital San Martín para que fuera evaluado por psiquiatras. Eso, luego de advertir que seguía en un estado de “shock” similar al que presentaba a media tarde del sábado, cuando fue encontrado en la casa donde vive, con la ropa ensangrentada. A pocos metros, en la vereda, Ricci había muerto como consecuencia de cuatro heridas en la espalda y el abdomen. Según el curso de la investigación, el hombre habría arremetido en un arranque violento cuando su vecina charlaba con una amiga, también del barrio, en la puerta de la casa.

Los investigadores evaluaban como móvil del crimen una vieja enemistad entre vecinos, vinculada, en este último capítulo, con un asunto tan trivial como el malestar del ahora arrestado por la hojarasca de un árbol de la casa de la víctima.

El presunto móvil de la agresión mortal fue diluyéndose con el paso de las horas. Tanto en el Juzgado como en la Fiscalía comenzó a cobrar fuerza la hipótesis de que todo pudo derivar de un problema mental.

En el mismo sentido, vecinos consultados ayer por este diario recordaron actitudes Tito Ojeda en las últimas semanas que hacían temer por su salud.

peligroso

La resolución del juez Masi estableció que “el cuadro” del que dio cuenta el informe pericial “lo torna peligroso para sí y para terceros con riesgo inminente de comportamientos desajustados por lo que se hace necesaria su internación en una institución psiquiátrica adecuada para su estudio y tratamiento en forma urgente”.

No obstante eso, en la investigación se busca establecer por estas horas el cuadro de situación preexistente al crimen, con las actividades que desarrollaba Tito Ojeda. Está en proceso de chequeo su condición de alumno de la Facultad de Medicina de la UNLP sobre la que se informó el sábado.

Según informó una fuente de la investigación, el detenido comparte la casa con otros jóvenes de nacionalidad peruana que cursarían en esa unidad académica. La vivienda funcionaría como una pensión para estudiantes de Perú, regenteada por un hombre de esa misma nacionalidad que por estos días está en aquel país.

A Ricci la sorprendió la violencia en momentos en que organizaba las vacaciones. Mientras ella hablaba en la puerta de la casa situada en el 1.323 de la calle 29, donde vivió durante varias décadas, su esposo, Eduardo Canalini (un conocido comerciante de La Loma), daba los últimos pasos en la tarea de cargar el auto para iniciar un viaje.

 

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