El reconocimiento a un pionero

Edición Impresa

Norma Graciela Sánchez (*)

chalonge.ecole@chalonge-devega.fr

El Premio Nobel de Física 2019 fue atribuido al cosmólogo físico norteamericano de origen canadiense James Peebles y a dos astrofísicos suizos: Michel Mayor y su alumno Didier Queloz.

El primero por sus estudios de cosmología física (evolución y origen del universo y materia oscura), los segundos por la observación del primer planeta fuera del sistema solar, observaciones que hicieron en el sur de Francia en 1995, en el observatorio fundado por el astrofísico francés Daniel Chalonge que lleva el nombre de mi escuela Chalonge-de Vega, y con el mismo telescopio utilizado por Chalonge.

La Física del Universo, tema central de la Escuela Chalonge - de Vega, premiada por el Nobel de Física 2019.

El Comité Nobel como ya los pronósticos anunciaban recompensa en este ano la física del Universo, tema en los cuales he trabajado y trabajo activamente y que fue objeto de mis conferencias en Ensenada, en La Plata, en la UNLP , en la UBA y que hemos construido desde sus pilares fundacionales en la escuela Chalonge - de Vega desde 1991, año del descubrimiento de las fluctuaciones del fondo de la radiación primordial del universo, premiado en 2006 con el Nobel de Física a los doctores Mather y Smoot del satélite Cosmic Background Explorer, ambos asiduos participantes y profesores de la escuela, y que nos entregaron a Héctor de Vega y a mi una copia de la medalla Nobel recibida.

El premio Nobel 2019 de Física a la cosmología lo hace en realidad a trabajos de los años 60 sobre la radiación primordial del universo que no fueron premiados en su momento y en los cuales el físico ruso Gamow ya la había predicho y que falleció sin ser recompensado, lo mismo que el físico cosmólogo Zeldovich que tampoco obtuvo el Nobel. (no se atribuyen Nobel post-mortem).

Cuando en 1996 se descubrió dicha radiación primordial se dio el Nobel a los que la observaron (Penzias y Wilson, ambos norteamericanos) pero no a quienes la habían predicho, o interpretado teóricamente, se repara ahora de alguna forma esa falta con el premio a Peebles quien es quizás el único sobreviviente de esa contribución en esa etapa.

Hay que mencionar a otro cosmólogo que falleció sin obtener el premio y que también predijo e interpretó dicha luz primordial: el infatigable David Wilkinson, con quien el reciente premiado Nobel 2019 trabajó y al que la NASA homenajeó dando su nombre al exitoso satélite Wilkinson Microwave Anisotropy Probe, que posteriormente al satélite Cosmic Background Explorer, completó el espectro cósmico y apuntaló el modelo standard del Universo que se conoce actualmente y con cuyos datos inscribimos paginas y tranajos pioneros con Hector José de Vega sobre el origen del universo en la cosmología moderna, incluyendo la etapa primordial de la inflación que el Nobel 2019 todavía no incluye.

Desde adentro de la cosmología moderna, entiendo que si se dio el Nobel 2019 a Peebles, era porque se pensó merecidamente en Wilkinson y en todo lo que hizo el satélite de Wilkinson y sus discípulos, que mismo sin Nobel está ya inscripto como tantos otros en esta gran historia cósmica, que construimos y escribimos en directo, de primera mano y que todavía podemos relatar y comentar en vida y en primera persona y mencionar los nombres y la memoria de los que ya no están y que el tiempo y las circunstancias van dejando fuera de algún camino de la información.

(*)Investigadora y fundadora de la Escuela de Astrofísica Chalonge-de Vega

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE