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LAGO TRAFUL

Jorge Saffores expresa: “Es frecuente escuchar la expresión  catástrofes naturales’; pero es conveniente saber que la naturaleza no provoca catástrofes, solo tiene sus procesos. Volcanes, terremotos, huracanes y otros, son solo los signos vitales de un planeta maduro pero saludable que tiene sus reglas de juego; es el hombre quien corre los riesgos al desafiarlas. Hace un tiempo se han disparado algunas alertas acerca de un posible tsunami lacustre en nuestro bucólico paisaje de Villa Traful. Pero el riesgo de esta alarma no radica en la probabilidad o posibilidad de su desenlace, sino en la subestimación de sus efectos. Cualquier inestabilidad de un talud puede desencadenar un desprendimiento de rocas, nieve o sedimentos (recordar el derrumbe sobre la ruta 40 de este año). En nuestro caso se trata de un deslizamiento lento y pintoresco que atrae al turismo por su condición de  bosque sumergido’; pero no debemos olvidar su precaria condición que puede agravarse ante cualquier movimiento sísmico (tectónico), seísmico (volcánico), o acumulación de nieve. Además, por tratarse de una cuenca cerrada (lacustre) y profunda, los efectos amplificadores pueden extremar la destrucción ribereña. Las bellezas naturales son atractivos turísticos innegables, pero sin olvidar que los paraísos pueden resultar infernales ante la ignorancia, distracción o imprudencia negligente de cualquier humano en el lugar y momento equivocados”.

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