Camba no le encontró la vuelta y sigue en caída
Edición Impresa | 18 de Noviembre de 2019 | 02:55

Por LEANDRO DUBA
Fue otro domingo de perros para Cambaceres. No sólo porque volvió a perder en el 12 de Octubre (tercera derrota al hilo), sino que sigue dilapidando puntos importantes, los que generalmente se sienten al final de una temporada.
El Rojo sabía que un triunfo en casa y ante su gente era clave para recomponen su imagen. Después de perder dos veces seguidas en Ensenada (con el de ayer ya son tres), no había otra alternativa que ganar para volver a recuperar la confianza. Pero esta vez, no pudo ser.
Sportivo Barracas, con lo justo y sin sobrarle nada, lo dejó con las manos vacías y masticando bronca. De esta manera, el Rojo acumula cinco partidos sin triunfos, con tres derrotas en cadena en su estadio, y se aleja aún más de los primeros puestos de la tabla.
Camba, en el primer tiempo, le costó acomodarse en el terreno de juego. y el Arrabalero, con un buen trato de pelota de atrás hacia adelante, y con jugadores picantes, marcó las diferencias.
Al Rojo le faltó “sorpresa”, porque en gran parte del encuentro no se le cayó ninguna idea como para lastimar a la visita. Salvo algunas ráfagas en el complemento, donde sacó a relucir todo su repertorio, pero no le alcanzó para modificar el resultado.
Sportivo Barracas, con la dinámica de Maciel, la movilidad de Galván y Oviedo, manejó los tiempos y los espacios. Aunque no lastimó casi nunca, hasta que a los 22, quebró la resistencia de Tahiel Alegre. Maciel recibió de Alejandro Martínez entre los centrales, se acomodó como “pancho por su casa”, y definió bajo y esquinado.
Camba sintió el efecto, pero le costó hacerse de la pelota en el medio, y cuando lo hizo, la perdió rápidamente. El único que intentó siempre fue Matías Samaniego, un jugador desequilibrante, que en el peor momento se puso el equipo al hombro, pero jamás tuvo un acompañamiento ideal para descargar o para hilvanar jugadas asociadas.
En la segunda mitad, Cambaceres tuvo otra actitud, aunque volvió a equivocar los caminos. Se adelantó algunos metros, y le quitó el protagonismo de Barracas gracias al sacrificio de Durán, Garzino y Caroccia, que pasó a jugar como lateral derecho. De a poco, se fueron generando chances muy claras. Primero, (a los 5), un cabezazo de Ledesma que el arquero mandó al córner. A los 16, otro cabezazo, esta vez de Dreer, que el uno de Sportivo desvió de manera providencial, y a los 31, Samaniego eludió al arquero, en el mano a mano, pero se quedó sin perfil en la estocada final.
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