Al final, Bolsonaro manda a su vice a la jura de Alberto F.

BRASILIA

El vicepresidente de Brasil, el general retirado Hamilton Mourao, anunció ayer al canal Globonews que hoy participará en Buenos Aires de la ceremonia de asunción de Alberto Fernández como jefe del Estado argentino, luego de una serie de idas y vueltas sobre la forma en la que sería representado el mandatario Jair Bolsonaro.

“Es un gesto del Presidente para que las relaciones vuelvan a la normalidad”, afirmó Mourao.

Será la primera vez desde 1989 que un jefe de Estado brasileño no acudirá a la asunción de un nuevo presidente argentino, luego de que Bolsonaro hiciera campaña abiertamente a favor de la reelección del presidente saliente, Mauricio Macri, vencido por Fernández en octubre pasado.

Por la mañana, un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores informó que el representante iba a ser el embajador en Buenos Aires, Sérgio Danese, pero la presión de sectores de gobierno y empresariales hicieron retroceder a Bolsonaro de su decisión inicial.

Finalmente, la Cancillería brasileña confirmó que el vicepresidente Mourao viajará a la asunción de Fernández: “Informamos que el presidente de la República (Jair Bolsonaro) decidió designar al vicepresidente como jefe de la delegación brasileña para la ceremonia de posesión del mando presidencial en Argentina”, dijo en un comunicado.

Durante semanas se había programado enviar al ministro de Ciudadanía, Osmar Terra, considerado un dialoguista, pero el rol conciliador de Mourao, interlocutor ante China, principal socio comercial de Brasil, pesó más dentro de las tensiones en el gabinete frente a Argentina.

Bolsonaro se había negado ayer ante periodistas a admitir si enviaría a un funcionario de alto rango a la asunción de Fernández, a quien combatió durante la campaña al llamarlo “parte de una banda de comunistas”, amenazando con salir del Mercosur si Argentina no sigue la apertura económica que su gestión impulsa.

Cabe recordar que en octubre, tras el triunfo de Fernández sobre Macri, Bolsonaro se negó a felicitar al mandatario electo. “Lo lamento. No tengo una bola de cristal, pero creo que Argentina escogió mal”, dijo el mandatario ultraderechista en ese momento, en declaraciones reproducidas por la prensa brasileña.

“No pretendo felicitarlo [a Fernández]. Ahora bien, no nos vamos a indisponer. Vamos a esperar un tiempo para ver cuál es su posición real en la política”, agregó.

Esta es la primera vez desde el fin de la dictadura brasileña, en 1985, que un presidente brasileño no asiste a la asunción. En 1989 viajó José Sarney a la asunción de Carlos Menem; en 1995 Fernando Henrique Cardoso hizo lo propio con la reelección del riojano y en 1999 con Fernando De la Rúa.

En 2003, Luiz Inácio “Lula” da Silva participó de la toma de posesión del cargo de Néstor Kirchner y en 2007 de la de Cristina Fernández de Kirchner.

Dilma Rousseff estuvo presente en 2011 para el segundo mandato de Cristina Fernández y en 2015 cuando asumió Mauricio Macri.

La relación entre Bolsonaro y Alberto Fernández se tensó especialmente luego de que durante la campaña electoral argentina, Fernández viajara a Curitiba para respaldar a Lula cuando aún se encontraba en prisión. Bolsonaro ganó las elecciones en 2018 presentándose, entre otras cosas, como un acérrimo detractor del PT de Lula.

Además, el mandatario brasileño había pronosticado que argentinos escaparían del país hacia Brasil, comparando la situación con la que vive Venezuela, aquejada por una profunda crisis política y económica. Fernández replicó en ese momento calificando a Bolsonaro de “misógino”, “racista” y “violento”.

Pero a Bolsonaro y Fernández no los separa solo la ideología. Orientado por el liberal ministro de economía Paulo Guedes, el gobierno brasileño ha manifestado que quiere acelerar la apertura comercial del bloque regional Mercosur, una iniciativa que encuentra reparos en Buenos Aires.

Bolsonaro ha sugerido en más de una ocasión que Brasil podría irse del Mercosur si Argentina impulsa una política comercial proteccionista. Brasil es el principal socio comercial de Argentina, y Argentina el tercero de Brasil (después de China y Estados Unidos).

La inédita posibilidad de que Brasil no enviara a ningún representante a Argentina había generado preocupación en diferentes analistas, que evaluaban el hecho como el inicio de una relación tumultuosa entre los vecinos.