Las mujeres que ganan más que sus parejas tienen mayor riesgo de violencia de género

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Contra lo que suele creerse popularmente, las mujeres que tienen más estatus profesional o ganan más que sus parejas no estarían menos expuestas a sufrir violencia de género sino más bien al revés. Esa es al menos una de las primeras conclusiones arrojadas por un estudio de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona que pone en duda algunas de las teorías dominantes sobre el tema vigentes hasta hoy

“Una asimetría de estatus favorable a las mujeres hace aflorar en aquellos varones inmersos en una cultura patriarcal una inseguridad que algunos tratan de resolver a través de la violencia”, explica al diario español La Vanguardia el profesor en Ciencias Sociales Jorge Rodríguez Menés, uno de los principales responsables de la investigación.

El estudio, que analiza la influencia de la edad, el nivel educativo, la situación laboral de los miembros de la pareja sobre la violencia de género, es la primera de su tipo que basa sus conclusiones “en el historial delictivo y victimológico de una cohorte completa de parejas donde ellas han sufrido violencia machista”, señalan desde la Universidad.

En las parejas donde la mujer es quien tiene mayor peso laboral, la violencia de género surge como un mecanismo para “restaurar el sistema patriarcal de dominación”, señala Rodríguez Menés para quien los resultados de su investigación permiten entender por qué en las sociedades más igualitarias desde el punto de vista de género la violencia machista no retrocede sino que incluso llega a ser mayor.

Para el investigador, “los resultados del estudio corresponden a un contexto de cambio en el camino de la lucha por la igualdad de las mujeres, un contexto de avance que genera una reacción de resistencia en los hombres más tradicionales”.

Este contexto de aumento del riesgo de violencia cuando el varón ve amenazado el estatus que cree que le corresponde se refleja también en un estudio hecho en 2018 por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid. Al analizar el impacto del empleo en las agresiones de género, estos observaron que la menor incidencia de violencia machistas se daba en las parejas más igualitarias en términos de estatus laboral.

“Si bien el hecho de que una mujer tenga empleo reduce el riesgo de violencia machista cuando su pareja está empleada -explicaba aquel trabajo- cuando es el hombre quien no tiene empleo el riesgo de violencia pueda aumentar al ver cuestionado su rol tradicional de proveedor”.

LA TRAMPA DE LA DEPENDENCIA

Aunque tal vez la superioridad económica de la mujer con respecto a su pareja no la exime de sufrir violencia de género, como señala la investigación de Pompeu Fabra, lo cierto es que la dependencia económica de sus parejas se convierte para muchas mujeres golpeadas en una trampa de la que resulta muy difícil salir.

Así lo señalan entre otros las investigadoras argentinas Candelaria Botto y Magalí Brosio, integrantes “Economía Femini(s)ta”, una organización creada para visibilizar la desigualdad de género a través de la difusión de datos y estadísticas.

“Las mujeres como conjunto estamos vulneradas dentro de la esfera económica, lo que atenta contra nuestra independencia económica, limitando las oportunidades reales y coartando nuestra autonomía. Se configura así un caldo de cultivo para situaciones violentas e impone una verdadera traba a las víctimas, que en estos contextos se ven a menudo privadas de los recursos necesarios para alejarse de su agresor, estando bajo amenaza de quedarse sin hogar ni ingresos, muchas veces con hijos u otros familiares a cargo”, explican.

 

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