A medio camino entre lo viejo y lo nuevo

Edición Impresa

Todavía con cierto apego al pago presencial y a medio camino en el uso de sistemas electrónicos, la transición hacia lo que se cree que será el final del “cara a cara” usuario-empleado, como todo proceso de cambio, tiene sus dificultades. Un vasto sector de la población aún se toma el trabajo de juntar las boletas, fijarse en los vencimientos y cuando llega la fecha indicaba se acerca a los centros de cobro para abonar lo que debe por servicios, tasas municipales o impuestos. Aunque la implementación de las modalidades digitales simplifican, hay que decirlo, y por mucho, el trámite, pues vía computadora o smartphone se puede realizar en cualquier momento y minimiza, incluso, el riesgo de andar portando efectivo, hay platenses que prefieren seguir el procedimiento tradicional y hacerse presentes en una ventanilla para saldar las cuentas. Ocurre que uno de los problemas que encuentra ese sector de vecinos es que entre el avance de la tecnología y de la inclinación de las instituciones hacia el cuidado del medio ambiente ya casi no se envían a los domicilios facturas impresas en papel y ese hecho resulta a veces una complicación.

 

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