River frenó a Racing y lo llenó de dudas para el futuro

Le ganó 2-0 en un partido que se abrió con un golazo del colombiano Quintero, quien la clavó en un ángulo al estilo Gonzalo Martínez. El líder, todo decepción

Edición Impresa

El campeón de América, en plena etapa de recuperación tras el mal comienzo del año, le tomó examen al puntero Racing, que rindió una verdadera prueba de fuego, y el golazo de Juan Fernando Quintero, cuando se jugaban 30 minutos, justificó la categoría de gran partido que se pronosticó en la previa de un encuentro mirado con atención por el lote aspirantes al título de una competencia a la cual, tras completarse el programa de la fecha 18, le quedaran siete capítulos para definir al campeón, a los representantes para la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana y descensos.

Hasta ese zurdazo del colombiano, que superó la barrera y se clavó en el ángulo superior izquierdo de Gabriel Arias, había quedado en claro que contra sus propios antecedentes, la Academia comenzó el juego en el estadio Monumental priorizando lo que tenía que ver con la marcación. Los objetivos del conjunto de Avellaneda estuvieron enfocados particularmente en el control de los ataques de un rival que, en estos términos, descubrió un control reforzado para desarrollar sus jugadas por los carriles.

Sin espacios, con muchísima presión, sobre todo para tapar a los jugadores más creativos, la pelota quedó estancada en la franja central, lejos de los arcos, y fue necesario un tiro libre sobre el costado derecho del ataque de los Millonarios, uno de esos que generalmente viajan en forma de centro, para que Juanfer Quintero, el heredero de Gonzalo Martínez con la camiseta “10” de River para derrumbar la idea inicial de Racing.

Inatajable para el arquero, y justo a partir de ese momento la formación de Marcelo Gallardo es que comenzó a justificar la ventaja, porque la Academia quedó shockeada por ese inesperado golpe, la confusión invadió cada uno de sus rincones, y el segundo de River sobrevoló el Monumental hasta el cierre del primer tiempo, con una corrida de Rafael Santos Borré que finalizó con una salvada de milagro.

Luego de una semana plagada de incertidumbre, Gallardo sorprendió con la inclusión del lateral derecho Gonzalo Montiel, a quien poco menos que se había descartado por un golpe sufrido ante Vélez, y la vuelta a la titularidad de Enzo Pérez como volante central en lugar de Leonardo Ponzio. Poco menos que la misma alineación con la que había despedido al equipo de Eduardo Coudet de la Copa Libertadores anterior.

La imagen del puntero se modificó a partir de la salida de Ricardo Centurión, quien había sido expulsado en aquel anterior encuentro en Nuñez, por los octavos de final de la Copa, y en la víspera, camino al estadio, compartió con sus seguidores en las redes sociales una historia al menos llamativa: “Contra todos vamos Academia”. Con su sello, siempre polémico. Un cambio de fisonomía que se modificó para el segundo tiempo, cuando se dispuso los ingresos de Matías Zaracho y Darío Cvitanich.

Lo planificado por Coudet en esta nueva visita a una cancha en la que no ha podido cosechar ni siquiera un empate, se derrumbó en el primer ataque a fondo de River, que mostró a Milton Casco llegando para usufructuar un rebote y cruzar un zurdazo que se desvió en el pecho de Alejandro Donatti y se transformó en un 2-0 que llegó con el mensaje de caso cerrado, pues si la apertura había pegado fuerte en la Academia, esto definitivamente lo dejó al borde del nocaut.

Nada pudo encarrilar al puntero, ni siquiera el ingreso de Ricardo Centurión, y para colmo de males, en el tramo final, cuando nada le salía bien al visitante, Augusto Solari le entró fuerte a Casco y se fue expulsado. Triunfo de River, que sigue en ascenso, y festejo de todos los que están detrás de un puntero que anoche dejó una larga serie de interrogantes.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE