Audaz reforma jubilatoria para equilibrar las cuentas en Brasil

La propuesta pone un piso de 62 años (mujeres) y 65 años (hombres) para el retiro. Aportes de 40 años para un beneficio completo

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BRASILIA

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, entregó ayer al Congreso una propuesta de reforma del régimen de jubilaciones y pensiones, según la cual el Estado se ahorrará por ese concepto más de 300.000 millones de dólares en 10 años.

El proyecto, considerado vital para el equilibrio financiero del país, fue recibido negativamente por los mercados, que vaticinan negociaciones complejas y creen que sufrirá varias modificaciones por parte de un Legislativo fragmentado, donde el gobierno precisará una mayoría especial en ambas cámaras para aprobarlo.

La Bolsa de San Pablo, que llegó a subir casi 1% movida por un entusiasmo inicial, terminó cediendo 1,14%. El real, por su parte, osciló levemente a la baja, y cerró en 3,72 por dólar.

“Conocemos las dificultades, pero contamos con la competencia, el patriotismo y el compromiso de ustedes para salvar a Brasil económicamente. No tenemos otra salida”, afirmó Bolsonaro al llevar al Congreso el proyecto junto a su ministro de Economía, el ultraliberal Paulo Guedes.

El proyecto establece una edad mínima de 62 años para las mujeres y 65 para los hombres. El equipo económico de Bolsonaro proyecta un ahorro en la próxima década de 1,16 billones de reales (más de 300.000 millones de dólares).

La propuesta determina además que los brasileños que quieran jubilarse con una pensión completa deberán contribuir durante 40 años con el sistema y aumenta de 15 a 20 años el tiempo de contribución para recibir el beneficio mínimo.

Brasil es hoy uno de los pocos países que no exige una edad mínima para retirarse. El régimen actual permite jubilarse a las mujeres que aportaron durante 30 años y a los hombres que lo hicieron durante 35, sin una edad mínima, aunque el monto del beneficio mejora para quienes prolongan su vida laboral.

El gobierno montó un amplio dispositivo de comunicación para vencer las reticencias de la población a un proyecto que endurece las reglas para el retiro laboral.

En 2018, un 9,2% de los 209 millones de brasileños tenía más de 65 años. En 2060, serán 25,5%, según proyecciones oficiales.

Bolsonaro dispone en principio de una mayoría constituida por las bancadas de varios partidos para aprobar esta reforma constitucional, que requiere el voto de tres quintos de las bancas en la Cámara de Diputados (308 de un total de 513) y en el Senado (49 de 61). El gobierno tiene por ahora 250 votos en la Cámara. (AFP y EFE)

 

 

 

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