Ahora la Ciudad intenta reponerse de los graves daños que causó el temporal
Edición Impresa | 24 de Febrero de 2019 | 03:07

Apagones, falta de agua, centenares de árboles, cables y ramas caídos, y una innumerable lista de daños materiales en espacios públicos y privados marcaron ayer el pulso de la traumática jornada tras la furiosa tormenta que, desde la noche del viernes, castigó con saña a la Región.
Fue, además, un día recargado de sensaciones que en La Plata parecen repetirse cada más seguido a causa de los fenómenos climáticos extremos: la desolación de quienes lo perdieron todo o casi todo, como los productores del cordón hortícola, que una vez más vieron con desesperanza como el viento y el granizo los dejaban “en cero”; la angustia, sumada a la bronca y la indignación de miles de vecinos que llevaban más de un día de penurias por la falta de luz; el miedo de los que convivieron con postes electrificados o árboles apoyados sobre sus casas; la resignación de quienes, otra vez, pasaron esas horas de tormenta con la sensación de que el mundo se venía abajo.
Ayer los meteorólogos le pusieron nombre al fenómeno climático que duró veinte minutos pero causó una devastación en distintos barrios: fue una “supercelda”, una tormenta tan sorpresiva como destructiva, que impactó de lleno en La Plata.
El patrimonio forestal sintió la furia de sus ráfagas de hasta 100 km/h: el último reporte oficial contabilizó la caída de más de 500 árboles y ramas de gran porte.
Las potentes golpes de viento también se ensañaron con el cordón hortícola, justo cuando parecía que los productores empezaban a reponerse de los efectos de la tormenta que, meses atrás, arrasó con invernáculos enteros. Lejos de poder levantar cabeza, esta vez las secuelas fueron mucho peores: en centenares de quintas -otra vez- lo perdieron todo. Y si bien se encarará un censo para evaluar las pérdidas y llevarles asistencia, se descarta que el costo será millonario y hay quienes aseguran que están a un paso de bajar los brazos.
En las instalaciones de los hospitales públicos no salieron de apuros. La lluvia desnudó las falencias estructurales que arrastran desde hace tiempo. La situación más grave se dio en el Hospital de Melchor Romero, donde los médicos terminaron una intervención quirúrgica alumbrándose con la luz de celulares. En el Ludovica y el Rossi también estuvieron muy complicados.
Veredas, parques y plazas -como Alberti y Olazabal- parecían cementerios de árboles. Decenas de pesados ejemplares se vinieron a pique, algunos arrancados de raíz por el agresivo viento. A la caída de árboles se sumó la voladura de -al menos- una docena de techos. En algunos casos los daños resultaron gravísimos. Como en calle 21 entre 44 y 45, donde vecinos contaron con desazón y amargura como parte de su casa quedó reducida ruinas, azotada por el sorpresivo embate del temporal (ver página 17). Instalaciones de clubes y centros deportivos, así como establecimientos escolares, sufrieron también daños.
INTENSAS TAREAS
Ayer a la mañana se pudo ver desde temprano a las cuadrillas municipales trozando árboles y limpiando las calles y veredas para permitir el paso de vehículos y peatones. También la gente se sumó a la tarea de remover las hojas que, en zonas como La Loma o cercanías del Estadio Único, teñían de verde el paisaje.
De acuerdo al informe emitido por el Comité Operativo de Emergencias Municipal (COEM), el cuadrante más afectado por las ráfagas de viento -que alcanzaron los 90 km/h, según registros oficiales- fue el comprendido por las calles 520 a 50 y de 131 a 122.
“El viento afectó principalmente el Casco Urbano, las localidades de Tolosa, Ringuelet y San Carlos en lo que hace a la caída de árboles y ramas de gran porte”, precisó el secretario de Espacios Públicos y Gestión Ambiental del Municipio, Marcelo Leguizamón.
A su vez, precisó: “Por ejemplo en el sector de Ruta 36 que va desde calle 44 a Ruta 2 se registraron la caída de más de 80 árboles y ramas de gran porte”.
Desde la madrugada el personal de Defensa Civil junto a los agentes de la secretaría de Espacio Público y las Delegaciones Comunales trabajaron en la remoción de más de 500 ejemplares en diversos puntos de la Ciudad.
Según la comuna, el cuadrante más afectado fue el de las calles 520 a 50 y de 131 a 122
“Se dio prioridad a aquellos árboles y que habían caído sobre las viviendas, autos y calles, impidiendo el normal tránsito vehicular y peatonal”, explicó Leguizamón. El funcionario sostuvo que “se desplegó un operativo que incluyeron cuadrillas de diversas áreas, Espacios Públicos, Centros Comunales, Luminarias, Control Ciudadano, Seguridad y Semáforos” y valoró que “recibimos el apoyo de cuatro cuadrillas de Defensa Civil de Vicente López que se sumaron a los trabajos”.
Al mismo tiempo, se informó desde la comuna que “se coordinó junto a la empresa Edelap en la restitución del servicio de energía eléctrica, el cual quedó muy dañado en varias zonas de la ciudad, y generó que al momento diversos sectores se mantengan sin energía”.
El Subsecretario de Atención del Riesgo de la Comuna, Rodrigo Páez, explicó que “en varias zonas la luz va a ir regresando en el correr de la jornada. Ya se ha logrado restituir en un 70% en las zonas afectadas”. Finalmente, Páez remarcó: “solicitamos a los vecinos que tengan paciencia, nos encontramos trabajando con todos los equipos en la calle”.
En Berisso y Ensenada el temporal también castigó con dureza. Por caso, desde la comuna berissense aseguraron que en sólo dos horas “se registró la caída de más de 130 milímetros de agua”. “Uno de los mayores inconvenientes fue el anegamiento de calles, junto a la caída de ramas y hojas, que en algunos casos obstruyeron bocas de desagües”, dijeron. No hubo evacuados ni heridos.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE