Los cómodos y los vivos que le complican la vida al resto

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Basta de excusas y justificativos. Digamos las cosas como son. Quienes, por comodidad o viveza, estacionan de lunes a viernes el auto en doble fila frente a los colegios de la Ciudad, descienden, dejan o retiran a sus hijos, en muchos casos charlan un rato con otros padres y se retiran, están en falta. No sólo hacen algo que no se debe, sino que generan enormes complicaciones para el resto de las personas que pretenden circular sin inconvenientes por esas calles, además de impedirles a los que están bien estacionados dejar el lugar sin tener que ir a buscar al dueño del auto que le impide el paso para que lo retire. A eso hay que sumarle las peripecias que deben hacer los transportes escolares para llegar al lugar que tienen asignado frente a las escuelas, que a menudo se encuentra cubierto por vehículos de particulares. Un claro ejemplo de ello es lo que ocurre frente a la escuela Anexa, donde a diario se vive una situación caótica.

Así no se puede seguir. Hay que cambiar la mentalidad y estacionar a varias cuadras de los establecimientos si es necesario. A nadie mata caminar una, dos o tres cuadras con los chicos. Y si no hay un cambio, que se vengan las multas para los infractores.

 

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