Green Book: Ganadora del Oscar a Mejor Película

¿Por Qué Votamos?

             ¿Por qué ganó Green Book el Oscar a Mejor Película?

          Dijimos que Roma era la favorita y que La Favorita era la mejor película, pero que todos los caminos conducían a Green Book. ¿Por qué acertamos? ¿Por qué ganó Green Book, del director de comedias Peter Farrelly? El secreto está en la votación.

          La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas está formada por miles de profesionales de la industria del cine en Estados Unidos. Así, en cada categoría de los premios Oscar, votan los miembros relacionados a cada área específica. O sea, para Mejor Edición votan todos los editores que pertenecen a la Academia. Cada película es elegida por mayoría simple. La más votada es la ganadora. Pero para el rubro de Mejor Película sucede algo diferente. En este caso, votan casi la totalidad de los miembros y el voto es por un sistema de preferencias. Esta vez no se elige una sola mejor película sino que hay que detallar una lista de todas las producciones nominadas para esta categoría (en este año son ocho) y cada una tiene un puntaje según el orden en que aparece en esa lista. Hagamos un ejemplo práctico suponiendo que la academia tenga solamente tres miembros votando con este sistema de preferencias:

          Vemos entonces que aunque Roma fue elegida mejor película dos veces termina ganando Green Book con 22 puntos. Roma quedaría con apenas 17 puntos.

          En el año 2000 George W. Bush ganó su elección a presidente de Estados Unidos no por tener la mayoría de los votos del país sino porque allí funciona un complejo sistema de electores donde cada estado aporta puntos diferentes según su población. De allí la importancia de hacer campaña en estados claves en vez de hacer campaña general en todo el país.

         Los sistemas de votación son complejos. Las democracias son construcciones particulares y hay que saber leerlas. No acertamos en nuestro pronóstico por causalidad. La película Roma genera tanto amores desmedidos como rechazos fulminantes. Por su parte, La Favorita generaba pasiones cinematográficas o drásticos ninguneos. La menos pretenciosa y a la vez la más fácil de aceptar era definitivamente Green Book. Era la película que no generaba fanatismos extremos pero que a la vez no tenía problemas con nadie. Por eso hay que saber elegir. Elegir bien a los candidatos primero si uno realmente quiere ganar. Porque a veces el voto en contra es más determinante que los fotos a favor. Aunque no es la mejor forma de votar hay que entender que las personas votan así. Hay que escuchar a la gente que vota y a la vez ayudarla a votar.

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