Transformó en real lo soñado
Edición Impresa | 29 de Marzo de 2019 | 05:09

Por JORGE ZULBERTI (*)
Cuando los jugadores de mi generación (Campana, Milanesio, Ariel Rodriguez, Richotti, Montenegro, entre otros) comenzamos a pensar en el básquetbol como un medio de vida,con la creación de Liga Nacional (1984), cada tanto teníamos la oportunidad de ver en algún viejo VHS algunos juegos de NBA,y pensábamos que Larry Bird, Magic Johnson, Julius Irving o Kareem Abdul Jabbar, eran seres extraterrestres que jugaban otro deporte, inalcanzables, mitológicos.
20 años después,veíamos a varios de los adolescentes reclutados en la Liga, jugando en esa elite celestial.
Dentro de ella, Emanuel no solo fue el primer argento en ganar un anillo (esos que nos mostraban y lucían orgullosos los americanos ex campeones que venían al país), sino que gano 4. No solo eso: fue ídolo en San Antonio, donde vive una gran comunidad latina, pero también en el mundo. Fue elegido para el Juego de las Estrellas.
Su entrenador le suplicó varias veces que jugara una temporada mas a los ¡40 años! por lo que generaba en su equipo, rivales, árbitros y público. Un combo que sólo Manu era capaz de generar a todo nivel.
Sin duda ha sido uno de los mas grandes deportistas del país, si no el mejor, no solo por sus logros deportivos individuales y colectivos, sino porque su magnetismo y conducta lo puso, sin buscarlo, en el rol de ídolo y ejemplo a la vez, que se vio reflejado anoche en el homenaje, elevación y retiro definitivo de su camiseta, la máxima distinción que otorga para un deportista el mundo de la NBA.
Muchos han llegado al Salón de la Fama (otro gran reconocimiento) pero de esos, muy pocos a esto. Al Olimpo de los Dioses, al lugar que parecía un sueño, pero que Manu, como tantas cosas, hizo realidad.
(*) Ex jugador profesional. Enfrentó a Manu en la Liga Nacional
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE