Los abandonados

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Por FACUNDO SAVA (*)

Somos abandonados.

O somos gente que vivenció y vivencia el abandono. Y no sólo el abandono: además, el maltrato.

Y no sólo el abandono y el maltrato: además, el abuso, el engaño y la agresión de distintas personas ligadas con el fútbol.

Se podrá decir que no pasa nada más que en el fútbol, que es regla corriente en este mundo. Y es probable que resulte cierto, pero el fútbol, que tiene sus famas específicas, también tiene sus abandonos, sus vivencias del abandono, sus maltratos, sus abusos, sus engaños y sus agresiones específicas.

Todo eso resuena seguido. Y más especialmente ahora, cuando ni debemos ni queremos acostumbrarnos a los impactos que nos produjo la muerte de Julio César Toresani.

Fui su compañero en Boca. Y fui compañero de muchos jugadores a los que, más allá de las particularidades de cada vida, los atraviesan esas sensaciones.

Los generadores de eso que vivencian los futbolistas son muchos y en escalas diversas: dirigentes de los clubes, dirigentes de organizaciones de jugadores y de entrenadores, periodistas, hinchas, algunos compañeros, algunos directores técnicos, unos cuantos representantes.

¿Y cuál es el resultado?

La angustia: y es muy difícil respirar con angustia.

El resentimiento: y es muy difícil andar con resentimiento.

La tristeza: y no es sano que la tristeza se extienda indefinidamente.

El odio: y es terrible levantarse con odio y dormirse o no poder dormirse con odio. ¿Cómo hacemos? En serio: ¿cómo hacemos?

Y no sólo eso: ¿Qué hacemos?

¿Dónde lo hacemos? ¿Con quién o con quiénes lo hacemos?

Son preguntas. Preguntas que no podemos saltearnos pero no deberían estancarse siendo preguntas.

Son preguntas, sí.

Pero es difícil, demasiado difícil, ser futbolista o ex futbolista y tratar de vivir sin encontrarles alguna respuesta.

Sin las respuestas eso pasa. Eso seguirá pasando.

 

(*) Ex jugador, DT y Psicólogo Social

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