El PJ rompe la hegemonía radical en la ciudad capital tras 46 años

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El peronismo logró en las elecciones de ayer volver a la conducción de la ciudad de Córdoba, después de que en 2003 terminó la gestión del menemista ex secretario de Comunicaciones Germán Kammerath, quien encabezó una coalición de varias agrupaciones, entre ellas el Justicialismo. No obstante, en rigor, desde 1973 -es decir desde hace 46 años- no había un peronista puro en el sillón principal del Palacio Municipal “6 de Julio”, cuando fue elegido Juan Carlos Ávalos por el Frejuli, quien murió al año siguiente y fue reemplazado por el concejal José Domingo Coronel.

Según los datos oficiales conocidos al cierre de esta edición con el 48% de los votos escrutados y confirmados por Schiaretti durante su conferencia de prensa anoche, Llaryora se imponía sobre el diputado nacional Luis Juez de Córdoba Cambia.

El tercer lugar fue para Rodrigo De Loredo, yerno del ministro de Defensa nacional Oscar Aguad, que acompañó al candidato a la Gobernación Ramón Mestre, de la UCR.

Llaryora, quien dejó el cargo de vicegobernador de Schiaretti para asumir como diputado nacional, votó poco antes del cierre de los comicios en su ciudad natal, San Francisco, ya que el cambio de padrón no le llegó a tiempo para sufragar en la capital. Por no ser oriundo de Córdoba había sido impugnado por la oposición, pero la Justicia Electoral local lo habilitó para competir por la intendencia.

El electo intendente de la capital de Córdoba le dedicó al fallecido ex gobernador José Manuel De la Sota el contundente triunfo que obtuvo en esta ciudad.

Emocionado, el ex intendente de San Francisco presentó al equipo de concejales que lo acompañaron en la boleta y celebró que el peronismo vuelva a gobernar la capital. Tras agradecer a sus compañeros de lista y a los militantes por el esfuerzo realizado durante la campaña, el intendente electo se permitió contar una anécdota para expresar el sentimiento peronista.

“Un niño pequeño le preguntó a su abuelo qué es rendirse, qué es bajar los brazos. Él le respondió, ‘no sé querido, yo siempre fui justicialista’”, y el cuento sirvió para que los que lo escuchaban bajo el escenario estallaran en aplausos y cantos de victoria.

Después de complacer a la militancia, Llaryola dirigió un mensaje a quienes fueron sus oponentes y pidió “trabajar juntos, y en consenso para el bien de los cordobeses .

Por su parte, tanto Juez como De Loredo criticaron la boleta única con la cual se realizó la elección porque, según dijeron, tendía a beneficiar al oficialismo”

 

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