Gresca, robo y destrozos en una vivienda de Villa Progreso

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Un demencial ataque se produjo en la madrugada del domingo pasado en una vivienda del barrio berissense de Villa Progreso, donde un grupo de jóvenes entró por la fuerza, robó y produjo graves roturas, en momentos en que dormían la dueña de casa, de 68 años, su hijo de 36 y dos nietas de 4 y 9 años.

Según lo denunciado por las víctimas en la seccional de Villa Progreso, en la UFI Nº 3 y ante este diario, el violento episodio se inició a las 2 de la mañana en una casa de 125 y 77.

En tal sentido, la dueña de la finca, María González (68), todavía muy asustada, le contó ayer a EL DIA que a esa hora “llegaron como 20 jóvenes de unos 25 a 30 años, en una camioneta y un auto”.

“Estaban con armas de fuego, piedras, palos y un fierro. Como no les abrimos cuando llegaron, destrozaron el Fiat Palio de mi hijo, que estaba en la puerta”, recordó la mujer.

María sostuvo que “creo que vinieron a buscar a mi nieto de 26 años, que antes vivía conmigo, porque unas horas antes lo interceptaron a pocas cuadras de acá, cuando caminaba con la novia y algunos de estos pibes le cruzaron la camioneta en la que andaban. Además, se bajaron y le pegaron a la chica, mientras mi nieto se defendía de los agresores”.

“ESCAPAMOS DE CASUALIDAD”

Seguidamente, María -acompañada por varios familiares- citó que “cómo habrá sido el escándalo que provocaron, que algunos vecinos llamaron al 911 porque temían que nos hubiera pasado algo porque sabían que estaba con mi hijo de 36 años y mis nietas de 4 y 9 años”.

“Estos pibes se fueron cuando estaba llegando la Policía, pero más tarde volvieron y completamente descontrolados”, reflejó angustiada.

Relató al respecto que “después de pegar patadas y tirar piedras contra la puerta de entrada a la casa, revolvieron los distintos ambientes, lo que aprovechamos con mis nietas para huir por una ventana del frente, mientras mi hijo se fue por el fondo de la casa. Escapamos de casualidad”.

Según la mujer, “robaron el uniforme de penitenciario de mi hijo, con los 3.000 pesos que tenía en un bolsillo, rompieron un televisor y varios vidrios. La Policía vino, pero no hubo ningún detenido”.

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