City Bell, el encanto de una localidad con identidad propia que sigue de festejo
Edición Impresa | 23 de Mayo de 2019 | 01:52
En el mes en el que City Bell, una de las localidades mas pujantes de la Región, festeja su 105° aniversario se recorren distintas páginas de una historia que arrancó sin un acto fundacional, pero con diferentes hitos que marcaron su impronta.
Su surgimiento podría considerarse una consecuencia de la muerte de Jorge Bell, de posteriores acciones entre sus herederos y de una seguidilla de trámites y vericuetos administrativos y legales, que se prolongaron en el nacimiento de esa comunidad.
De acuerdo a relevamientos históricos, el 18 de julio de 1913, José Guerrico, en representación de la Sociedad Anónima City Bell, compró a la sucesión de Don Jorge Bell algo más de 300 hectáreas de una fracción de la “Estancia Grande” con el fin de crear un nuevo pueblo.
PUJANTE LOCALIDAD
Desde los primeros pasos, City Bell se caracterizó por el empuje de sus habitantes y la ambición de convertirse en una localidad con vida propia.
El 2 de febrero de 1914, la Sociedad Anónima solicita formalmente al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires la autorización para concretar el proyecto de traza del nuevo poblado.
En aquella petición, la que también aparece con la firma de Guerrico, se afirma en su artículo 5º: “Como homenaje a la familia Bell, cuyo trabajo e inteligencia han contribuido en tres generaciones sucesivas a la prosperidad de las industrias madres de nuestro país, propongo se designe al nuevo pueblo con el nombre de City Bell”.
El Poder Ejecutivo, por resolución del 10 de mayo de 1914, aprobó el proyecto, lo que dejó establecida es ésta como la fecha de nacimiento de la localidad.
Se realizaron dos remates de tierras y ninguno tuvo resultados satisfactorios. La Primera Guerra Mundial iniciada en Europa ese mismo año fue el factor preponderante para que se llegara a casi la paralización completa de las operaciones de compras de tierras.
Entonces el Directorio de la Sociedad Anónima City Bell decidió suspender las ventas y resolvió arrendar terrenos a quinteros con contratos de dos años y por un valor de cincuenta pesos la hectárea.
Con esta innovación se logró que en menos de dos meses City Bell se viera poblado por más de treinta familias de quinteros.
Simultáneamente comenzó la edificación de algunos chalets, muchos de ellos aún habitados por familias citibelenses.
Tobías Büchele, administrador de la Sociedad en el pueblo, se ubicó en la esquina 7 y 14 (Cantilo).
Al mismo tiempo se iniciaron los trabajos de pavimentación de la que sería bautizada como Avenida José Luis Cantilo, desde entonces y hasta ahora, verdadera columna vertebral de la localidad.
Los festejos por el 105° Aniversario de la localidad incluyeron una feria gastronómica, una inmensa torta y shows de bandas en vivo.
También se desarrollaron actos protocolares en la Plaza San Martín, ubicada en calle 467 y diagonal 3 y hubo un desfile cívico militar tradicionalista.
Atractivo centro comercial
Es realmente atractivo el circuito comercial de City Bell que se desarrolla en un entorno verde estéticamente cuidado.
En cuadras que permiten un paseo agradable se concentran propuestas para toda la familia.
Desde hace varios años, la localidad del norte platense renueva frecuentemente su oferta comercial para impulsar las ventas de una manera innovadora.
Con Cantilo como uno de los ejes principales del fenómeno, City Bell ofrece un catálogo de grandes marcas en medio de un paisaje natural. Con todo, una oferta sofisticada para los más exigentes pero, a la vez, accesible para una amplia gama de personas.
Ya no es indispensable trasladarse a grandes ciudades para encontrar marcas reconocidas.
También hay restaurantes de categoría, tradicionales confiterías y paseos cuidadosamente diseñados. Todo convive en el principal eje comercial de City Bell, pero también avanza con fuerza en las calles cercanas a Cantilo.
Además cobraron gran impulso los comercios gastronómicos Centenario y Belgrano. En ese contexto, los vecinos que antes debían trasladarse a otros puntos, ahora encuentran todo tipo de platos en esa localidad.
Los caminos Belgrano y Centenario que sólo cumplían la función de tránsito vehicular y estacionamiento para aquellos que concurrían a Cantilo son parte del paseo gastronómico y de compras.
Artículos para el hogar, pinturerías, ópticas y librerías se sumaron al abanico de locales de indumentaria femenina y masculina que desde hace varios años son referentes del centro comercial citibelense.
Ahora, comerciantes y clientes destacan la transformación que ha tenido la localidad y pronostican un mayor crecimiento.
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