El séptimo ascenso en toda su historia
Edición Impresa | 1 de Julio de 2019 | 03:27

Desde que Villa San Carlos se afilió a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en 1965, varias fueron las alegrías que el equipo de Berisso le ha relagado a todos sus hinchas. Y entre sus grandes logros futbolísticos aparecen tres momentos realmente históricos, irrepetibles, que quedarán marcado a fuego por siempre.
El primero, fue el esperado ascenso a la B Metropolitana (por primera vez), ocurrida el 18 de mayo de 2009, en el Bosque, cuando el Celeste, de la mano de Facundo Besada, igualó 1-1 (gol de Rodrigo Salinas) ante su clásico rival, Cambaceres. La “Villa” alistó a Javier Lavallén; Lucas Ochandorena, Federico Slezack, Emiliano Córdoba y Mauro Raverta; Gonzalo Raverta, Santiago Sommariva, Leandro Martini y Manuel Madrid; Rodrigo Salinas y Pablo Miranda.
El segundo, sin dudas, el más importante de todos, es el ascenso a la B Nacional, después de superar a Barracas Central (gol de Martín Troncoso), en el Genacio Sálice, el 25 de mayo de 2013. Aquel equipo, que rompió contra todos los pronósticos, lo condujo Ricardo Rezza, y formó con Matías Coloca; Mauro Raverta, Federico Slezack, Emiliano Córdoba y Damián Giménez; Gonzalo Raverta, Ignacio Oroná, Santiago Sommariva y Guido Rancez; Pablo Vegetti y Martín Troncoso.
Y el tercero, es el que acaba de conseguir, en el sintético de Excursionistas, después de dos finales electrizantes por el Reducido de la Primera C. Apenas una temporada tardó el Celeste, de la mano del Flaco Vivaldo, en pegar la vuelta a la B Metropolitana, después de aquella fatídica tarde del 28 de abril de 2018, cuando perdió con Almirante Brown (1-2), en Isidro Casanova.
OTROS CUARTO HITOS EN LA HISTORIA “VILLERA”
El primer ascenso de San Carlos de su historia se produjo el 22 de diciembre de 1973, cuando el equipo de Néstor García igualó 2-2 (goles de París, de penal y Giles) con Centro Español, en cancha de Ituzaingó. Este resultado le permitió subir a la Primera C, junto a Luján, que fue el campeón, en la ronda final del Torneo de Aficionados.
Algunos jugadores de aquel equipo fueron Churrupit; Marchioni, Giles, Pintos, Villa; Kondraztky, Protzukov, Tempesta, París, González y Morales, entre otros.
Después, vendría el ascenso en cancha de Claypole, ocurrido el 14 de junio de 1986, tras superar por 2-1 a Barracas Central, de la mano de Héctor Antonio.
Para no perder la costumbre, el Celeste se metió en el bolsillo un nuevo ascenso. Fue el 10 de abril de 1993, en cancha de Independiente, cuando venció a Acassuso 2-1 (Gabriel Bordón y Marcelo Govoni), en tiempo suplementario, en el desempate en el primer puesto en la Primera D. Conducido por el Chueco Daniel Marchioni, la Villa alistó a Marcelo Ferreyra; Sergio Daher, Juan Pasquarelli, y Christian Rodríguez; Hermindo Segovia, Norberto Bressa, Juan Risso y Daniel Ressiga; Gabriel Messera, Gabriel Bordón y Marcelo Govoni.
La historia volvió a repetirse el 28 de julio de 2002, cuando consigue subir a la Primera C, tras igualar sin goles con Sacachispas, en cancha de Estudiantes, en la segunda final (el primer choque finalizó en favor del Celeste 1-0) del Reducido de la Primera D.
De la mano de Carlos Gorostieta, el equipo formó con Volpe; Vallejos, Villalba, Turco y Silvestre; Martini, Bravo, Luise y Marchán; Rinaudo y Fernández.
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